Sábado, 24 de Mayo 2025
Internacional | ¿Qué hay de los que siguen cautivos?, dijo madre de rehén

Temen familias por rehenes aún en poder de las FARC

Después del rescate de secuestrados reconocidos en la vida pública, no se sabe lo que ocurrirá con los cautivos comunes, como policías y soldados

Por: SUN

BOGOTÁ, COLOMBIA.-La nación está eufórica tras el rescate la semana pasada de 15 rehenes que estaban en manos de la guerrilla. Pero para Magdalena Rivas, el panorama no es tan brillante.

Su hijo, el teniente Elkin Hernández Rivas, era un joven oficial de policía cuando rebeldes de las FARC lo capturaron hace una década.

“Rescataron a los ‘rehenes-trofeo’, pero ¿qué hay de los que siguen cautivos?”, indicó una abatida Rivas, de 59 años, en entrevista.

Teme que las probabilidades de que su hijo regrese a casa quedaron reducidas por la espectacular artimaña realizada para engañar a los rebeldes y la posterior celebración del rescate.

Hace apenas unos meses, las FARC le enviaron lo que se llama una “prueba de vida”, un video corto de Elkin grabado en algún lugar de la selva andina. Muestra a un hombre de mejillas profundamente sumidas y cabeza a rape, luciendo marchito a sus 33 años.

Hernández Rivas es uno de los rehenes políticos aún en manos de las FARC que son utilizados como fichas de negociación. Los cálculos varían, pero se estima que también unos 700 colombianos secuestrados para pedir rescate, quizá más, siguen en poder de los guerrilleros o de delincuentes, incluyendo varios cientos cautivos de las FARC.

Las familias de estos rehenes, como Magdalena Rivas, están preocupadas por las consecuencias del rescate de Íngrid Betancourt, la política de origen francés, además de tres estadounidenses y 11 miembros de las fuerzas armadas de Colombia.

La celebración y la reacción política desatadas tras la dramática acción amenazan con eclipsar las preocupaciones de las familias de quienes permanecen cautivos.

En la sala de la casa de Magdalena Rivas en Centenario, un lúgubre barrio residencial lejos de los rascacielos y restaurantes del norte de Bogotá, las paredes están llenas con fotos de su hijo, incluyendo una donde viste su uniforme de policía a los 21 años.

“Cuando se supo lo del rescate, lloré y le recé a Dios. Luego lloré otra vez preguntándole si esto era un castigo por no rezar lo suficiente”, señaló Rivas. “Sé que mi hijo no es un trofeo, pero exijo tenerlo de vuelta”.

Cada martes por la mañana, Rivas camina a la Plaza Bolívar para reunirse con otros familiares de cautivos de las FARC. Su grupo, denominado Asfamipaz, representa a familias de policías y militares secuestrados. Con su reunión semanal, buscan recordarle su situación al resto de Colombia.

“Habría sido un gesto decente la semana pasada que el gobierno le informara a nuestros miembros que sigue trabajando por nosotros, o quizá ofrecer alguna ayuda sicológica”, señaló Marlene Orjuela, directora del grupo. “Pero no hemos oído nada, sólo el silencio oficial”.


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