Internacional | Egipto, Túnez y Libia enfrentan nuevos estallidos sociales Reverdece la primavera árabe Países como Egipto, Túnez y Libia, donde los dictadores fueron removidos en 2011, enfrentan nuevos estallidos sociales Por: EL INFORMADOR 29 de julio de 2013 - 01:39 hs Seguidores de los Hermanos Musulmanes cargan a uno de sus compañeros lesionados al enfrentarse a la Policía el sábado pasado. AP / GUADALAJARA, JALISCO (29/JUL/2013).- El despertar de las sociedades en las naciones árabes contra regímenes dictatoriales a finales de 2010 y principios de 2011, la llamada en ese entonces primavera árabe, resultó para países como Egipto, Túnez y Libia un periodo de transición con un costo social y político que habla de la inestabilidad que impera. En otros, como Siria, el efecto de los movimientos sociales desencadenó en una guerra civil que a dos y medio años se ha cobrado la vida de más de 100 mil personas, según la ONU. Mientras que en Yemen, otro país que hizo huir a su dictador, la cultura del secuestro a extranjeros es utilizada por tribus para exigir al Gobierno que cumpla sus demandas. Se trata de cinco naciones que no encuentran el rumbo para generar inercias de estabilidad política, social y religiosa, a través de medios democráticos, donde las influencias externas y las redes sociales han sido herramientas para buscar un bienestar personal que les fue impedido por décadas por regímenes totalitarios e integristas. Sin embargo, el fenómeno de la primavera árabe fue silenciado en países como Argelia, Jordania, Líbano, Marruecos, Omán, Iraq, Baréin, Yibuti, Arabia Saudí, Irán, Mauritania, Palestina y Sudán, donde las autoridades aplastaron las tenues llamas de las protestas. Nuevos aires Egipto, que fue la segunda nación en hacer renunciar a un presidente, Hosni Mubarak, quien tenía 30 años en el poder, vio en 2011 cómo el Ejército tomó las riendas del país para generar estabilidad y después convocar a elecciones. Mohamed Morsi se convirtió el 30 de junio de 2012 en el primer presidente democráticamente elegido. Un año le duró gusto, pues el militante de la organización los Hermanos Musulmanes hizo cambios en la Constitución egipcia privilegiando el islam, postura que molestó a sus opositores laicos. Vinieron las manifestaciones, luego las protestas violentas, después la represión causó muertes, que a la postre obligaron al Ejército a derrocar a Morsi, el 3 de julio de 2013. Sin embargo, los Hermanos Musulmanes se sintieron desplazados del poder, tras haber sido la piedra angular para acabar con la dictadura de Mubarak; además asumieron el poder tras haber ganado elecciones libres. Ello provocó que en lo que va de julio se hayan registrado protestas que han enfrentado a los seguidores de Morsi con los partidarios del jefe del Ejército y ministro de Defensa, el mariscal Abdel Fatah al Sisi. El saldo es hasta el momento de alrededor de 100 muertos (al menos 72 el sábado), en manifestaciones de decenas de miles de partidarios de ambos bandos, en distintas ciudades. También hay atentados perpetrados por grupos armados a los que la Policía ataca sin miramientos. De hecho, pesa la advertencia de Al Sisi a los Hermanos Musulmanes de desistir de nuevas marchas, so pena de medidas más agresivas de las Fuerzas Armadas. Egipto, al igual que Túnez, es una muestra de las naciones donde en los comicios no ganan los liberales o secularistas que derribaron las dictaduras, sino los partidos de corte islamita moderado. Túnez, por cierto, vivió una semana agitada. El jueves fue asesinado el líder opositor Mohamed Brahmi, defensor de los derechos humanos, suceso que generó protestas y la exigencia de la disolución del Gobierno, en manos de Ennahda, grupo ligado a los Hermanos Musulmanes. Cabe recordar que Túnez es considerado la cuna de la primavera árabe. El 17 de diciembre de 2010, el joven universitario y vendedor ambulante Mohamed Bouazizi se inmoló en Sidi Bouzid, como protesta contra la Policía que, al confiscarle su puesto callejero de venta de frutas, lo dejó sin trabajo y en la miseria. Surgieron así las manifestaciones violentas que terminaron con 25 años de dictadura de Zine El Abidine Ben Alí, derrocado en enero de 2011. Túnez sufre un renacimiento de la primavera árabe motivado por un Gobierno de corte islamita encabezado desde el 13 de diciembre de 2011 por Moncef Marzouki, represor de la oposición, principalmente laica. Por lo que toca a Libia, otrora nación bajo el yugo de Muamar Gadhafi, quien gobernó 42 años hasta su muerte en octubre de 2011, ahí el Consejo Nacional de Transición —surgido a finales de 2011 con el apoyo de la OTAN, que facilitó la derrota del régimen de Trípoli— no ha podido controlar del todo la situación política y de seguridad. El sábado, las sedes de los Hermanos Musulmanes de Bengasi y Trípoli fueron agredidas por cientos de manifestantes tras la muerte del activista de derechos humanos Abdelsalam al Masmari, considerado un líder de la oposición. El año pasado, en Bengasi, un grupo armado quemó el consulado estadounidense en septiembre donde murió el embajador estadounidense Christopher Stevens, acción que confirmó la inseguridad que priva en esa nación en esta etapa de transición. De la marcha a la guerra En Siria, el presidente Bashar al Assad se resiste a irse. Los más de 100 mil muertos que en dos y medio años ha dejado la guerra civil no han mermado su hambre de poder. El apoyo de Rusia ha sido vital para su permanencia en el Gobierno de Damasco. Los sueños democráticos llevaron a los habitantes a protestar para terminar con 40 años de la familia Al Assad en el poder (Hafez, padre de Bashar, gobernó de 1970 hasta su muerte en 2000, cuando heredó la silla presidencial a su hijo). La represión fue en aumento con el paso de las semanas a grado tal que el Ejército disolvía las protestas a tiros. Oficiales de las Fuerzas Armadas desertan al ver la atrocidad del régimen que les enviaba a matar a su pueblo y fundan el Ejército Sirio Libre, que poco a poco fue asistido por naciones árabes vecinas. Los intentos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) por buscar una solución pacífica fueron insuficientes. Los enviados especiales Kofi Annan y Lakhdar Brahimi fracasaron, pese a las condenas internacionales por las masacres perpetradas por los soldados fieles a Al Assad apoyados por las milicias paramilitares Shabiha. En Siria, después de dos y medio años de enfrentamientos la oposición se debilita, mientras Damasco recibe apoyo del Kremlin, ente opositor a una intervención de una fuerza multinacional, como ocurrió en 2011 en Libia para derrocar a Gadhafi. En Yemen, nación que a finales de 2011 acabó con el régimen de Alí Abdullah Saleh, luego de casi asesinarlo tras un atentado a mediados de ese año, la situación es inestable. El presidente Abd Rabbuh Mansur al-Hadi, se comprometió en febrero de 2012 a convocar a elecciones. Los levantamientos en el mundo árabe en busca de nuevos aires democráticos, en suma, sólo prosperaron en cuatro naciones (Egipto, Túnez, Libia y Yemen) con un costo en vidas que aún no paga el sueño de obtener más libertades personales, mejorar derechos humanos y tener un Gobierno que brinde estabilidad política y social. Cuando Estados Unidos invadió Iraq en 2003, el presidente George W. Bush pregonó que buscaban liberarlo del dictador Saddam Hussein para propiciar un Gobierno democrático, con un Parlamento al estilo Occidente. Diez años después, la nación árabe sigue sumergida en una grave crisis política a la que se suma un doloroso conflicto religioso, escenario muy lejano de la democracia parlamentaria que la Casa Blanca esperaba. Otro intento por llevar los principios democráticos al mundo árabe lo hizo el presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, quien en 2006 intentó con la Alianza de las Civilizaciones integrar a Turquía a la Unión Europea, como un primer paso para jalar hacia Occidente a las naciones musulmanas. LA CIFRA3 son los presidentes que renunciaron tras las protestas. Zine El Abidine Ben Alí, en Túnez; Hosni Mubarak, en Egipto; y Alí Abdullah Saleh, en Yemen SIRIAAl Assad arrasa con civiles Al último corte de la Organización de las Naciones Unidas en junio, en Siria iban 100 mil 191 personas muertas por la guerra civil, con datos del Observatorio Sirio de Derechos Humanos. Entre las víctimas había cinco mil 144 menores de edad. El viernes, se agregaron a la lista 19 infantes más, que murieron junto a 10 adultos tras un ataque del Ejército con misiles tierra-tierra en un barrio de Alepo, al Norte del país. Temas Medio Oriente Egipto Túnez Libia Lee También Trump viajará a Egipto para la firma entre Israel y Hamás Llega "La Niña" y este será su impacto según las predicciones Egipto clasifica al Mundial 2026 con doblete de Mohamed Salah No puedo tener piedad de ellos: Hugo Alón, víctima de los ataques de Hamas Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones