
Obama seguirá expresando su preocupación por Irán pese a quejas de Teherán
WASHINGTON, ESTADOS UNIDOS.- El presidente estadounidense, Barack Obama, seguirá expresando sus preocupaciones sobre las elecciones en Irán pero sin inmiscuirse en los asuntos internos de la República Islámica, señaló este miércoles la Casa Blanca después de que Teherán denunciara injerencias de Estados Unidos.
La Casa Blanca insistió asimismo en ir más allá de la protesta actual en Irán, de una amplitud jamás vista desde la revolución islámica, y reafirmó la intención del mandatario de iniciar un diálogo firme pero directo con los dirigentes iraníes, en claro contraste con la política de su predecesor George W. Bush.
La presidencia norteamericana defendió la posición, claramente expresada el martes por Obama, de que poco importa el nombre del presidente de Irán porque quien decide en última instancia es el guía supremo, el ayatolá Alí Jamenei.
"El presidente declaró firmemente que existían derechos universales, como el derecho a manifestarse pacíficamente sin sentirse amenazado. El presidente continuará expresando sus preocupaciones sin inmiscuirse" en los asuntos internos de Irán, dijo el portavoz de Obama, Robert Gibbs.
Según la televisión estatal iraní, el ministerio de Relaciones Exteriores convocó al embajador de Suiza, que representa los intereses de Estados Unidos en Irán (países que no mantienen relaciones diplomáticas), para protestar contra las "injerencias" estadounidenses en sus asuntos internos.
Obama dijo el martes que estaba "profundamente preocupado" por las elecciones presidenciales iraníes del 12 de junio y estimó que "no sería productivo" para Estados Unidos inmiscuirse en la política interna iraní.
El portavoz de Obama intentó minimizar las acusaciones de injerencia de Teherán y agregó que Estados Uhidos no era el único país acusado.
El mandatario también aclaró que la intervención ante el sitio de microblogs Twitter para pedirle que postergara una operación de mantenimiento que hubiera privado a los opositores iraníes de ese vínculo con el mundo exterior, no había sido iniciativa del departamento de Estado sino de una persona a título individual.
Twitter, sitio de socialización que permite comunicar mensajes cortos por internet, es uno de los últimos medios de que disponen los opositores iraníes, que impugnan los resultados de la elección presidencial, para enviar información sin pasar por la censura de las autoridades.
Tanto el portavoz de Obama como el secretario de Estado adjunto para las Relaciones Exteriores, Philip Crowley, repitieron que correspondía a los iraníes resolver la crisis poselectoral.
"La política de esta administración no es elegir a los dirigentes de terceros países", dijo Gibbs.
Crowley, sin embargo, pidió a los iraníes que tuvieran en cuenta las protestas: "corresponde al gobierno iraní responder de manera creíble, transparente y pacífica a las preguntas e inquietudes expresadas por el pueblo iraní y el mundo".
No obstante, las dos principales preocupaciones de Estados Unidos respecto de Irán --el riesgo de que se dote de una bomba atómica y el apoyo que supuestamente le otorga al terrorismo internacional-- se mantienen al margen de que el presidente sea Mahmud Ahmadinejad o Mir Hossein Musavi, afirmó Gibbs.
Obama "sigue teniendo la intención de iniciar un diálogo" con Teherán y sabe perfectamente que esas dos preocupaciones tienen que ver con la política exterior y la seguridad nacional iraníes y ambas "están controladas por el guía supremo, que probablemente seguirá siendo el mismo, independientemente del nombre del vencedor" en la elección, dijo Gibbs.