Martes, 14 de Octubre 2025
Internacional | Costo del desastre podría ascender a 51 millones de dólares

Evacuan pueblo en Hungría por riesgo a otro vertido tóxico

El primer ministro, Viktor Orban, asegura que el Gobierno está preparado para asumir el costo del desastre

Por: EL INFORMADOR

Rescatistas se preparan para comenzar la limpieza de las propiedades que sufrieron menos daños por el derrame tóxico en Hungría. AFP  /

Rescatistas se preparan para comenzar la limpieza de las propiedades que sufrieron menos daños por el derrame tóxico en Hungría. AFP /

BUDAPEST, HUNGRÍA (10/OCT/2010).- El primer ministro de Hungría advirtió que la pared de un embalse industrial dañado podría derrumbarse, lo que causaría otro vertido de lodo rojo mientras una población cercana estaba siendo evacuada como medida de precaución.

Alrededor de un millón de metros cúbicos de desechos fueron vertidos desde el embalse de una planta de alúmina sobre varias aldeas y canales esta semana en Hungría, causando la muerte de siete personas, causando heridas a otras 123 y contaminando algunos ríos, incluyendo un afluente del Danubio.

El primer ministro Viktor Orban dijo que había fisuras en el embalse y que era probable que se derrumbara.

“Gracias a Dios, hemos conseguido rescatar a una gran mayoría de personas después de que la presa reventara el lunes, pero la región ha quedado particularmente destruida”.

Orban dijo que el Gobierno estaba preparado para asumir todo el costo de los esfuerzos de rescate y recuperación, pero era demasiado pronto para precisar cifras sobre el tamaño de los daños.

Previamente Gyorgy Bakondi, responsable de la Unidad Nacional de Desastres, dijo al diario “Magyar Nemzet” que la cifra final podría ascender a unos 51 millones de dólares. Agregó que se estaban inspeccionando el estado de reservas similares en Hungría.

El primer ministro dijo que Hungría había creado un fondo de ayuda a desastres y que aceptaba contribuciones de húngaros de todo el mundo.

Tras calificar el vertido como la peor catástrofe ecológica de la historia del país, el primer ministro dijo que existía un alto riesgo de que hasta 500 mil metros cúbicos de lodo rojo aún más denso escapen debido al deterioro de una pared en la parte más débil del embalse.

“La separación de partes (del muro) está aumentando, la distancia entre ellas se ha ampliado siete centímetros de la noche a la mañana(...) así que es muy probable que tengamos que contar con el derrumbe de este muro”, dijo Orban en la población de Ajka, donde está situada la planta de alúmina propietaria del embalse.

Precauciones en ríos

El primer ministro afirmó que el país centroeuropeo tiene las herramientas necesarias para evitar que más contaminación llegue al Danubio a través de ríos más pequeños si se produce un nuevo vertido.

Además, sostuvo que como medida de precaución 715 personas fueron evacuadas desde la aldea de Kolontar, gravemente afectada por el derrame del lunes, hasta el pueblo de Ajka.

La agencia nacional de noticias MTI dijo que equipos de rescate estaban construyendo un nuevo embalse de entre cuatro y cinco metros de alto para evitar una nueva inundación de lodo tóxico.

Hungría declaró estado de emergencia en tres condados el martes, después de que el derrame de la planta refinadora de bauxita inundara tres aldeas a unos 160 kilómetros al oeste de Budapest.

Los equipos de emergencia también tenían previsto evacuar la localidad de Devecser, habitada por unas cinco mil 400 personas, si fuera necesario.

Las muestras de agua obtenidas el viernes en el Danubio revelaron una  disminución de la contaminación con índices de alcalinidad cercanos a lo normal.

Ayer por la tarde, el Servicio del Agua confirmó esta tendencia con un  nivel de pH inferior a 8.3 en el Río Marcal, uno de los afectados por la contaminación, contra el 8.5 anterior, en una escala de 14 cuya normal es ocho.

Sin embargo, para las organización ecologistas Greenpeace y Fondo Mundial  para la Protección de la Naturaleza (WWF), la amenaza es real.

Los países ribereños del Danubio al sur de Hungría, en particular  Eslovaquia, Croacia, Serbia y Rumania llevan a cabo desde el martes controles regulares de la calidad del agua del río.

BARRO ROJO
Componentes venenosos


El barro rojo derramado en Hungría no es tóxico por sí solo ni por el aluminio. El componente realmente dañino es el hidróxido sódico, mejor conocido como sosa cáustica (NaOH) que se utiliza para obtener el aluminio.

Las personas que hayan estado en contacto directo con este lodo podrían sufrir, principalmente, quemaduras en la piel e irritación en los ojos, provocadas por el contacto con el plomo y otros elementos corrosivos --además de la sosa cáustica-- presentes en este barro.

El componente tóxico produce quemaduras de mayor o menor gravedad, en función de la concentración, el tiempo de exposición y la superficie de contacto. Este compuesto es tan corrosivo que si no se limpia bien continúa penetrando desde la superficie de la piel hacia el interior del organismo, provocando quemaduras de máximo grado.

El tratamiento para la sosa cáustica va desde un lavado con suero hasta injertos de piel o la muerte en los casos más graves. El daño ambiental puede ser muy grave también ya que por su efecto corrosivo y el elevado pH del lodo, podría afectar a suelos, cultivos, flora y fauna.

CRÓNICA
“Tenemos miedo”


Los altavoces de Policía a las seis de la mañana, informando de que el pueblo estaba siendo desalojado, han devuelto a los vecinos de Kolontár a la pesadilla que vivieron el lunes, cuando una oleada de lodo tóxico arrasó esta pequeña aldea del Suroeste de Hungría.

Ante la aparición de nuevas grietas en la balsa de una empresa metalúrgica que el lunes se abrió y provocó el vertido, las autoridades magiares decidieron evacuar a la población: en una hora, los lugareños tuvieron que preparar una maleta con 20 kilos de peso y fueron realojados en un centro deportivo y dos escuelas de la ciudad de Ajka.

“Tenemos miedo”, confesó Szilvia Magdi, vecina del cercano pueblo de Devecser, que aunque no ha sido aún desalojado, se encuentra en estado de alerta por si fuera preciso hacerlo.

Magdi ha sido una de las vecinas que no ha querido esperar para salir de la zona de riesgo con sus cinco hijos.

Pese a que en la ciudad de Ajka las autoridades crearon espacios como para alojar a unas 300 personas, apenas 17 decidieron quedarse en el centro deportivo y la mayoría de desplazados se han refugiado en casas de amigos o parientes.

Mónika Baranyi ya fue trasladada el lunes, cuando la avalancha de un millón de metros cúbicos de lodos tóxicos se escapó de la balsa e inundó su casa en Kolontár.

Justo hoy quería volver a la aldea para recoger sus pertenencias, pero no ha podido hacerlo ya que el acceso al pueblo está vedado.

“Es muy doloroso ver las calles de Kolontár”, relató esta madre de dos hijos. “El lunes al mediodía teníamos una vida y por la tarde ya lo habíamos perdido todo”.
A punto de echarse a llorar, agradeció toda la ayuda que recibieron “de todo el mundo que nos ayudó”.

La emoción de gratitud por la solidaridad recibida se transformó en rabia cuando se refirió a la falta de atención por parte de las autoridades el mismo día de la tragedia.

“Por mucho tiempo no vino nadie a ayudarnos, mientras esperábamos encima de la mesa para evitar el contacto con el lodo tóxico” que había penetrado en la vivienda.

“¿Dónde estaban los policías, los bomberos y las unidades de rescate?”, preguntó con enfado, y recordó que los primeros que llegaron para prestar ayuda fueron vecinos del pueblo.

Muchos de los vecinos lo tienen claro: Kolontár ya no es en un lugar para vivir.

“A esa casa no volveré porque en cualquier momento puede pasar de nuevo. Sólo volvería si me aseguran que el aire y la tierra están tan limpios como para poder vivir”, aseguró József Lengyel, empleado de la misma empresa origen del desastre.

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