La cancillería colombiana indicó que, con este acto público de reconocimiento de responsabilidad, "el Estado colombiano cumple con sus obligaciones internacionales y con las sentencias proferidas por el Tribunal Interamericano".Además, representa "una importante oportunidad para comprometerse directamente con los familiares de las víctimas en la búsqueda de la reconciliación y la paz, para garantizar su reparación integral y como una garantía de no repetición de los hechos".La sentencia se refiere a los hechos ocurridos el 14 de enero de 1990, cuando un grupo de paramilitares bajo el mando del desaparecido Fidel Castaño irrumpió en Pueblo Bello, en la noroccidental zona bananera de Urabá, y cometió la masacre.Santos presidió una ceremonia en la sede de la cancillería colombiana, a la que asistieron los familiares de las víctimas de esa masacre.A la ceremonia ordenada por el organismo internacional también asistieron delegados de diferentes Organizaciones No Gubernamentales (ONG) locales y extranjeras.