Lunes, 03 de Noviembre 2025
Internacional | Calificó al programa L’Infedele de prostíbulo televisivo

Berlusconi insulta a conductor de televisión

Telefónicamente se mostró ofensivo hacia el presentador y las invitadas, entre ellas Iva Zanicchi, quien tras defenderlo, continuó en la transmisión

Por: NTX

ROMA, ITALIA (25/ENE/2011).- El primer ministro italiano Silvio Berlusconi perdió anoche el control e insultó al conductor y a los participantes de un programa de televisión sobre las acusaciones de abuso de poder y prostitución en su contra.

Poco antes de la medianoche del lunes (23:00 GMT) el jefe del gobierno italiano llamó al programa "L’Infedele", de la televisora La7, e insultó al conductor, el periodista Gal Lerner.

"Estoy viendo una transmisión despreciable, infame, repelente, con una conducción repugnante", dijo el jefe de gobierno. Defendió a su higienista dental y asesora de su partido, Nicole Minetti, acusada de inducción a la prostitución, que para la fiscalía de Milán, era la encargada de reclutar a mujeres que mantenían relaciones sexuales con Berlusconi a cambio de dinero.

Minetti también se desnudaba en espectáculos en las fiestas del jefe de gobierno, quien la envió el pasado mes de mayo a la jefatura de la policía de Milán donde estaba detenida por robo la adolescente marroquí Karima El Mahroug, alias "Ruby", según los documentos de la fiscalía.

El primer ministro es acusado de prostitución de una menor de edad, porque habría mantenido relaciones con Ruby cuando ella tenía 17 años y de concusión (abuso de poder), porque presionó a la policía milanesa para que la liberara.

En su llamada telefónica de anoche, Berlusconi también calificó al programa "L’Infedele" de "prostíbulo televisivo" y se refirió a las invitadas al debate como las "llamadas señoras".

Lerner le respondió que en vez de insultar debería acudir ante los jueces para defenderse de las acusaciones en su contra y lo llamó "patán".

Entre las invitadas al programa estaba la cantante Iva Zanicchi, quien defendió a capa y espada al primer ministro, pero no obedeció su pedido de abandonar la transmisión, como hacen otras de sus defensoras que asisten a los debates televisivos sobre el "caso Ruby".

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