Mejoró el día cuando por la mañana estuvo nublado, y por la tarde se abrió el cielo claro y soleado, mejorando también la entrada para la última novillada de triunfadores, metiéndose casi un cuarto de plaza por un público que esperaba más, mucho más del festejo.Encierro del Espíritu Santo del campo bravo potosino, muy terciados de presentación, faltos de crianza, sin remate, variopinto de capas predominando el cárdeno, que acometió a las monturas con celo haciéndoseles sangre en un puyazo por cabeza, llegando al último tercio con nobleza pero faltos de casta, claros pero medidos de brío lo que influyó que regatearan embestidas parándose y desparramando la vista. El mejor fue el segundo, que tuvo fijeza, recorrido y son transmitiendo mucho más.Gerardo Rivera vino con empeño y dejando ver que es el que mayor sitio tiene con sus buenas maneras y conexión con los tendidos. Con la capa se brindó con faroles de rodillas y quitando por chicuelinas que se le aplaudieron, para con la muleta plantear bien sus trasteos dejándose ver más en su toreo al natural con la zurda rematando con pases de costadillo y alguno de pecho, para cerrar con manoletinas y cobrar en el cuarto la estocada de la tarde por su impecable ejecución, encelando, pasándose en el embroque haciendo la cruz, aunque el acero quedó un tanto defectuoso por lo que tardó en doblar, escuchando dos avisos como en su primero, salvándose de que ambos se le fueran vivos a corrales.El tlaxcalteca debe ir a más, tiene condiciones y merece proyección.Del aquicalitense José María Hermosillo, con su buena planta torera, lució repertorio con el percal luciéndose tanto con caleserinas, tafalleras y saltilleras que se le corearon, gustándose y gustando, para con la sarga verse mejor que la tarde anterior, llevándose el mejor ejemplar de la tarde, para cuajar series de toreo por abajo con la derecha y la izquierda, principalmente con ésta, acusando buen temple y mando reflejados en ligar, aunque todavía con el defecto a momentos, de emplear sobradamente el pico del engaño resultándole el pase despegado. Bien en manoletinas ceñidas y en remates que se le jalearon, cobrando entera defectuosa insuficiente, recibiendo dos avisos del palco para cerrar con el tercer golpe de descabello y conseguir merecida salida al tercio.Con el quinto, a buen nivel acorde a las condiciones que ofreció el burel pero sin ir a más.Del tapatío Román Martínez debo decir que es un novillero en ciernes que muestra un verdor por demás manifiesto y que, será su sentir y formas de interpretación, se basa en un toreo bullidor y efectista con el valor, sí, que todo novillero debe expresar. Con el capote se hizo ovacionar recibiendo a porta gayola al sexto plantándole cuatro largas cambiadas de hinojos, luciendo también quitando por gaoneras embarrándose al novillo, pero con la flámula, tan sobrado de entusiasmo y deseos como falto de recursos y sitio, al instrumentar dos faenas entre altibajos dada su falta de trazo y de plan; trasteos sin estructura buscando el aplauso en continuo, consiguiendo algunos pases aislados cerrando con manoletinas, llevándose una voltereta sin consecuencias, para con el estoque verse ineficaz, con defectos palpables como el quedarse en la cara sin pasarse, perdiendo la vista del morrillo y yéndose desde perfilarse, por lo que cobró espadazo pellejero haciendo guardia, pinchazo y entera caída entrando a matar sin muleta.Ánimo y entrega los tiene, habrá que ver si adelanta.Por cierto, el trofeo Manuel Capetillo que estaba en disputa, se lo dieron en un fallo localista al de la tierra, cuando creo que, aún sin haber triunfado con rotundidad, más merecimientos tuvo José María Hermosillo de la tan torera y bella tierra de Aguascalientes.Y colorín, colorado, este serial se ha terminado…Ya las corridas vendrán…