“Tierra de nadie” es el título que se antepone a “Sicario” como llamado atencional a la generalidad del público, para el que es familiar la ciudad de Tucson, Arizona, cercana a la frontera con México formulando convivencia entre pobladores y eventuales migrantes.El tema es de amplio espectro y gran actualidad. La producción, norteamericana, implica consideraciones aparte con criterio profesional y sin desvirtuar la relativa proximidad geográfica que da espacio a todo tipo de efectos sociales y hasta económicos.El escenario propuesto es el tráfico de estupefacientes, idealizado su combate por una dama de reciente ingreso al Buró Federal de Investigaciones, Kate, interpretada por Emily Blunt, quien es incorporada a la fuerza gubernamental por Josh Brolin; ambos empleadores de un guía de controversial participación a quien da vida fílmica Benicio del Toro.“Tierra de nadie”, como su nombre lo apunta, no escatima expresiones de crueldad en justa proporción al desértico panorama donde la vida humana vale poco menos que nada para el asesino asalariado tras cumplir su ruin encomienda, para la que parece haber nacido sin mayor miramiento que la crueldad.Denis Villeneuve tuvo a su cargo la dirección del desarrollo envolvente de la clandestinidad propia del tema, ratificado por hechos reales ampliamente difundidos y asimilados como parte de la vida en muchas ciudades fronterizas de México y Estados Unidos, sin descartar otras al interior de los territorios convertidos en “tierra de nadie”.Lo sobresaliente en el tratamiento es la apertura de la complicidad y la corrupción que aloja el crimen del narcotráfico por el que se pierden vidas y valores. El bien y el mal adquieren dimensión particular para quienes nacen al borde de la frontera y con ella, de la violencia y riesgo de cercana muerte.Dios nos guarde de la discordia.