En unos meses el presidente de Guadalajara, Enrique Alfaro Ramírez, se someterá al juicio tapatío. Es una “revocación de mandato” dice, para decidir si sigue como alcalde o deja el cargo porque lo reprobaron. Alfaro, el político más rentable de Jalisco (no hay encuesta en la que no sea favorito para la gubernatura), afirma públicamente que si los tapatíos deciden que no lo quieren, él no intentará ser gobernador de Jalisco.Es un buen discurso. Una de las virtudes públicas de Enrique Alfaro es su habilidad discursiva. Pero hay cosas que también conviene dar a conocer.Actualmente hay grupos de jóvenes recorriendo las colonias de la ciudad. Van de casa en casa haciendo una encuesta sencilla: unas pocas preguntas que aplican en cinco minutos. Llevan una playera con un bordado del partido Movimiento Ciudadano. No portan identificación y no piden datos personales, excepto la edad. Naturalmente, pueden agregar el sexo del encuestado (a).Antes de llamar a la puerta, tal vez anotaron calle y número para dejar constancia de que su encuesta no es inventada ni contestada por ellos.Las preguntas son simples: ¿Conoces a Enrique Alfaro, el presidente municipal de Guadalajara? ¿Su gobierno es mejor o peor que el anterior (no mencionan al ex presidente Ramiro Hernández)? ¿Cómo calificas a Enrique Alfaro: muy bien, bien, regular, mal? ¿Conoces los programas que ha aplicado su administración (becas para estudiantes de preparatoria, apoyo con útiles y mochilas, apoyo a jefas de familia, rehabilitación de espacios verdes, entrada gratuita a parques)? ¿Qué programa o programas recuerdas que te hayan beneficiado en esta colonia? ¿Participarías en la consulta para decidir si el presidente se queda o se va? Y finalmente, la pregunta más importante: ¿Quieres que siga o que deje de ser presidente?, ¿por qué?El encuestador da las gracias y sigue su camino. Seguramente, lo están haciendo en todos los municipios donde gobiernan.La revocación de mandato que deberán superar todos los alcaldes de Movimiento Ciudadano se efectuará en septiembre, si no cambian de idea. Para entonces, ya tendrán un mapa completo. Es simple: con las respuestas definirán dónde están aprobados y dónde no; dónde hay interés por participar y cuáles son las políticas públicas que la gente conoce y cuáles han pasado desapercibidas.Después, sólo hay que cruzar datos para decidir dónde se instalarán las urnas receptoras de votos y dónde conviene recibirlos. Con toda la información previa, no le facilitarán las cosas a la gente que desee votar contra la gestión de Alfaro o de cualquier otro alcalde. Y lo van a determinar ellos mismos porque este ejercicio es voluntario y no será calificado por la autoridad electoral. No es necesario porque no existe en la ley.De hecho, no es una revocación de mandato. Es una consulta revocatoria, que sólo figura en un reglamento municipal.Una revocación de mandato, estrictamente, debería ser convocada por el Instituto Electoral de Jalisco a petición de un número suficiente de ciudadanos (de acuerdo con el padrón electoral o el listado nominal) con la sola intención de definir si un servidor público surgido de una elección se va o se queda. Sí o No.El gobierno de Enrique Alfaro ha tenido logros evidentes y también fallas. No es perfecto. Y que él es el político con mayor intención de voto es cierto, igual que es verdad que se ha desgastado.No hay necesidad de fingir todo esto. Se le puede revertir.
