“Este nombre (Brahms) es sólo un monosílabo, poderoso y denso, pero sugiere algo tan elegante, sutil y poético como esa hoja amarilla que, después de balancearse en el aire, se posa delicadamente para alfombrar el otoño”.El párrafo anterior forma parte de una “Bitácora Personal” de Luis Figuerola-Ferreti, alusivo a la película “¿Le gusta Brahms?”, con Ingrid Bergman y Anthony Perkins, basada en la novela de Francoise Sagan, y en la que el verdadero protagonista es el fascinante Tercer Movimiento de la Tercera Sinfonía. “Música celestial”, concluye Figuerola.Para el primer programa de la Segunda Temporada 2016 (“Ciclo Beethoven”) de la Orquesta Filarmónica de Jalisco (OFJ), la noche del jueves en el Teatro Degollado, se tuvo el buen gusto de poner la Primera Sinfonía en Do menor Op. 68 de Brahms (a la que Hans Von Büllow llamó “La Décima de Beethoven) como plato fuerte de la velada. Buena ocasión para rescatar de la memoria el recuerdo de una excelente versión, en la era de Alondra de la Parra como directora titular, a cargo de una OFJ muy diferente a la actual: tan diferente como que para contar a los sobrevivientes de aquel ensamble basta y sobra con los dedos de una mano.Por supuesto, la comparación es imposible: ni hay registros de la anterior, ni la orquesta, como ya se apuntó, es la misma. Hay, en todo caso, lugar para una observación: aunque los cambios se tradujeron en una orquesta de sonido más limpio, más equilibrado en la medida en que se reforzó la sección de cuerdas y se depuraron las de maderas y metales, Marco Parisotto, en la velada del jueves, prodigó fortes y fortísimos, en detrimento de sonidos pianos.Desde la Passacaglia y Fuga en Do menor, BWV 582, de Bach, original para órgano, en arreglo de Respighi, hasta el final del cuarto movimiento (Allegro non troppo, ma con brio) de la Primera de Brahms, pasando por la Sinfonía No. 1. En Do mayor, Op. 21, de Beethoven, casi no hubo tregua. No obstante, los solos para oboe, flauta y corno del segundo movimiento, así como las sonoridades armónicas características de Brahms en el tercero de su Primera Sinfonía, fueron modelos de solvencia, los primeros, y de equilibrio, las segundas.El programa, como de costumbre, se repite el domingo, en la misma sala, a partir de las 12:30 horas.