Sábado, 17 de Mayo 2025

LO ÚLTIMO DE Ideas

Ideas |

In memoriam Hugo Gutiérrez Vega (1934-2015)

Por: María Palomar

In memoriam Hugo Gutiérrez Vega (1934-2015)

In memoriam Hugo Gutiérrez Vega (1934-2015)

Hasta la muerte, de la que en octubre hará veinticinco años, de Ignacio Arriola Haro, Guadalajara podía preciarse de contar todavía con una de las más altas muestras de cultura que hay: una tertulia. Discreta, privada, modesta como la casa de Colonias de Nacho, la reunión semanal que convocaba básicamente a los amigos de la localidad o de paso por ella incluyó a lo largo del tiempo a muchas personas memorables que hablaban de libros y de música, intercambiaban chismes o simplemente se ponían mutuamente al día de sus aconteceres. Por ahí caían con mayor o menor frecuencia Ernesto Flores, Manuel Rodríguez Lapuente, Nacho González Luna, Nacho Gómez Robledo, Sergio López, Cristina Barba, Mauricio de Font-Réaulx... a veces hasta algún político. Y, si andaban por la comarca, iban Antonio Gómez Robledo, el gran biblista jesuita Luis Alonso Schökel... y, por supuesto, Hugo Gutiérrez Vega.

>


Cuando llegaba Hugo desde donde estuviera viviendo, corrían las anécdotas de las azarosas campañas del PAN en que participó junto con el anfitrión y Rodríguez Lapuente, sus andanzas por Roma con Nacho Arriola, Nacho Gómez y Rafael Alberti, las historias de sus estancias en Washington, Río, Madrid, Londres o Atenas. Hugo hablaba de los poetas griegos, de los novelistas rumanos, del teatro en Querétaro y en México, de sus correrías de adolescencia en Lagos y Guadalajara. La tertulia en casa de Nacho era divertida, inteligente y sin pretensiones. A nadie le impresionaban demasiado las grandes credenciales de muchos de los tertulianos; simplemente la calidad y el contenido de la conversación bastaban para que esas noches de jueves valieran la pena (por no mencionar el gran sentido del humor –negro– de Nacho, sin piedad ni condescendencia para la estupidez o la cursilería, y los chilaquiles de la heroica Carmen Blanco).

>


Gutiérrez Vega fue un gran promotor de la cultura y en su actividad diplomática dejó en alto el nombre de México. En sus años de embajador en Grecia, además de lograr una notable presencia cultural y muchas amistades, escribió tres luminosos poemarios que, según Marco Antonio Campos, marcan “el mediodía de su obra”: Los soles griegos, Cantos del despotado de Morea y Una estación en Amorgós. El primero se presentó en Guadalajara, en el Hospicio, por 1990.

>

Miles de vidas viven
en un solo, prodigioso segundo
de ese tiempo tan diferente al tiempo
que nos manda a la calle
y nos dicta sus leyes,
nos obliga a correr y va pasando
como pasan los ríos.
(...)
Me voy sin hacer ruido.
Te dejo en el país construido
por el sueño.
Al irme siento que sonríes.
Los ángeles del otoño,
con un dedo en los labios,
le ordenan a la vida
que no te despierte.
(“Mujer dormida”, de Los soles griegos)

>

 

Recibe las últimas noticias en tu e-mail

Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día

Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones