Ideas | Francamente ya no entiendo nada Por: Jorge Zul de la Cueva 10 de agosto de 2011 - 02:00 hs En general mi experiencia con la religión es que suele ocuparse del espíritu siendo bastante magra con las cosas de este mundo (no que mi experiencia sea norma). De esta manera, la popular iglesia local (que a la hora de los homenajes ni tan popular), se ocupa de mantener a la grey encarnada en el siglo XV, temiendo a un dios castigador y medio amargado que apunta la lista de todo lo que hacemos mal como el tendero apunta nuestras deudas para cobrar a fin de mes. Además se encarga de tener operadores políticos que se aseguren de que el Estado cobre las deudas de la divinidad antes de la hora del juicio y la trompeta… Pues ahora resulta que la Hermosa Provincia de La Luz del Mundo, nuestro Vaticano local, si se me permite la metáfora, inaugura en el marco de sus festividades anuales lo que llama “la Calzada de la Fe” con energía mixta, es decir, porcentaje de energía solar y electricidad generada por la CFE; redes de fibra óptica; circuitos de sonido de alta tecnología y decoración que hace juego a su famosa catedral. Nuestras autoridades civiles todavía no pueden hacer ciclovías, colectores de agua de lluvia o por lo menos mantener en orden el mugrero industrial del santo mientras la Hermosa Provincia tiene una avenida con tecnología sin igual en México. Yo francamente cada vez entiendo menos. En mi mente supuestamente ilustrada la religión es sinónimo de oscurantismo y retroceso, cuando acá, en la Perla de la Apatía, descubro que los retrógradas son los nuevos políticos que vienen a limpiar la imagen de sus partidos mientras los jerarcas religiosos (que no todos) invierten en tecnología ecofriendly y de punta. (Me pregunto qué hubiera pasado de haber triunfado Calles en su hereje propósito de hacer una iglesia con base en México y sin vínculos con Roma). En estos Panamericanos que vienen hacia nosotros dejando una estela de caos, incompetencia, hurto, elefantes blancos, pésima planeación y desfalco, francamente lo más presumible es la calzada esta con energía solar y ni está en el marco de los Panamericanos que por cierto siguen en números rojos. Yo quiero saber ¿por qué tenemos que gastar en una justa deportiva internacional con la lógica del que tira la casa por la ventana en los 15 años de su hija para no poder pagar la renta después? ¿Por qué no mejor aprovechar la oportunidad para replantear la ciudad (a toro pasado ya sé) para diseñar sistemas que funcionen y sigan funcionando después de las justas para beneficio de todos? ¿De qué me sirve a mí, que por un corto tiempo las rutas de camiones funcionen en la lógica panamericana, trabajen de noche y de manera ordenada rumbo a los estadios y eventos si al terminar la justa y apagarse el fuego volveremos al caos acostumbrado? ¿De qué me sirve este maquillaje y de qué nos servirán estos estadios carísimos cuando no haya rutas alimentadoras especiales? No pudieron hacer ni un metro, ni un tranvía, ni un foquito con energía mixta, ni adoquinar (de nuevo) las vergonzantes calles del primer cuadro. Es triste, para la ciudadanía laica, cuando la religión le gana en cuanto a pensamiento vanguardista, planeación y ejecución de obra al Estado… con todo y que nuestros funcionarios son tan capaces que hasta pueden desempeñar tres o cuatro puestos y cobrar, eso sí, en todos. Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones