Por Iván González VegaLa Muestra Estatal de Teatro es una cosa muy divertida: tiene pendiente su vínculo real y significativo con el público… o quizá no, en caso de que los artistas de Guadalajara manden decir que prefieren que sea un asunto de creadores en lugar de un encuentro con los espectadores. Pero en realidad su conflicto de identidad tiene un nivel aún más primario: la MET podría ser un gran escaparate anual para las artes escénicas de Jalisco, pero todos los años hay siempre uno o más teatreros que ven la lista de espectáculos seleccionados y proclaman: eso no es teatro.Este año entraron a la XXI MET tres espectáculos basados en técnicas del circo y la danza (“Mente en blanco”, “Bruta” y “Bonito”) y uno de teatro musical (“National Pastime”). Otra novedad, pero ésta sin conflicto por caer más fácilmente en la convención del teatro, es que por primera vez hay una obra de fuera de la Guadalajara metropolitana seleccionada en forma directa: “Un hombre ajeno”, de Puerto Vallarta.Pero, ¿circo y musical? “Eso no es teatro”.En nuestros tiempos, cuando toda disciplina artística cuestiona sus límites y exclusividades, pretender la defensa de las fronteras es necedad a lo Donald Trump. No hay fronteras: punto. Quien quiera alzar un muro topará con migrantes que cavan túneles. Hay cientos de personas brillantes que hoy estudian cuán rico y vasto se ha vuelto el mundo del arte al aceptar sus mestizajes y, sobre todo, cómo el público no va a los foros con un formulario en el que va palomeando si el espectáculo cumple con requisitos del teatro-teatro (“personaje estanislavsquiano, check; trama y peripecia; check…”). Eso no significa que los criterios (construidos socialmente) de calidad debieran ser vulnerados con pretextos ridículos como la inclusividad, la diversidad o la pluralidad. Y la Muestra de Teatro arrastra con el sambenito de que alguna vez, hace quién sabe cuánto, un jurado quiso dejar contento a tal director consagrado, aunque debía meter también al joven revolucionario de esa temporada.La MET vio en estos últimos años una oportunidad que fue persiguiendo, le guste o no a los artistas, con discreto denuedo: avanzar hacia una identidad definida, aun con riesgo de equivocarse. Ahora es cuando los artistas del teatro jalisciense deberían apropiarse de ella: defenderla, discutirla, mejorarla, ampliarla, inventarle categorías y secciones —¡que tenga nombres como los de la Muestra Nacional, anden!— y escribirle estatutos, reglas y normas. ¿Cómo se elige cada año al jurado seleccionador y cómo, al de premiación? ¿Cuánto debe abrir funciones al público? ¿Queremos ver “lo mejor” del año? ¿Cómo rendirá cuentas? Y por supuesto, para evitarle bilis a algunos nostálgicos: ¿incluirá danza, circo, clown, performance, escena expandida, lecturas teatralizadas… y lo que se ponga de moda esta semana?Allí deberían participar los artistas, si se asumieran comunidad responsable del teatro de interés público en Jalisco: antes de cada Muestra, y no al conocer el dictamen del año. Eso sería responsable, propositivo y útil para el estado; mostraría capacidad de organización y de influencia. Allí discutiríamos si el circo de Guadalajara y el musical seleccionado en este año no fueron, de hecho, ejemplos de calidad en producción para todas las artes escénicas locales.Quejarse después de saber a quién le cayó la canica en la ruleta es, como en el México del siglo XX, pura grilla: discusión gratuita, vitriólica y, sí, muy divertida, pero irrelevante ya para los artistas y, peor: para el público.Cartelera: agoragdl.com.mx ivangonzalezvega@gmail.com Horarios, fechas, precios y todo lo demás: agoragdl.com.mx
