Hay cosas que me hacen feliz, infeliz y de universo interior ambiguo. En el caso de estas últimas le diré por qué; las cosas casi nunca son lo que parecen. Quizá por eso está de moda la ciencia ficción, lo extraño poético traductor –y potencializador- de otros mundos o de otras miradas o de otras pasiones. La mirada desconcertante está ahí, a la orden día.¿O lo negará usted? Veamos el mundo y las series de Netflix también, por favorcito. El mundo pide libertad, derechos, bla, bla, bla y gana Trump unas elecciones tremendas, esto, meses después de que el globo terráqueo se cimbró con el Brexit –que por cierto allá va la hermosa Gran Bretaña para fuera de la Unión Europea muy pronto-. Las fronteras parecen cerrarse al Tercer Mundo (al cual como sabrá, pertenecemos) en un momento donde los mexicanos siguen haciendo historia en la industria del cine mundial. Hágame el favor y encuentre la lógica.Pues no hay o la hay de manera diferente a como antes la hubiera habido. Para muestra vuelvo a insistir con la series de Netflix. Maravillosas. Estuve en vilo, mirando –tardíamente porque estrenó en diciembre- la increíble y rara “The OA”, misma que en su primer capítulo me recordó muchísimo a “Stranger Things” –estrenada en verano del 2016 y protagonizada por una bíblica Winona Ryder-. Bueno pues “The OA” fue creada por Brit Marling quien también la protagoniza impecablemente y por el director y guionista Zal Batmanglij. La apuesta de Netflix se antoja arriesgada pero muy inteligente y ad hoc con los tiempos que vivimos. Parecería que nada puede evolucionar sino buscamos otras maneras de resolver el guion de la realidad que vivimos, y en ese tenor, podemos mezclar géneros, perder el miedo a arriesgar porque sólo la creatividad y una nueva manera de pensar nos sacarán del hoyazo, del ostracismo y lo digo con verdad, del olvido.Y así de raro y único –no le pondré más adjetivos- resulta que al presidente electo de los Estados Unidos, artistas de la talla de Elton John, Andrea Bocelli y Moby le digan que no asistirán a su toma de protesta. Parece un guion cómico y vergonzoso de algo que en el fondo no queremos que pase, porque nos da a todos al traste, porque nos anuncia que las bases están mal de origen, porque no nos permite olvidar que lo hemos venido haciendo todo mal.¿A dónde vamos a parar?Mientras llegan los minutos cruciales, las cámaras, los medios, las tragedias y los escándalos, hurgaré entre las pistas de “Dirk Gengly’s Holistic Detective Agency” y “The Crown”, ambas de Netflix.
