Por: María Belén Sánchez, fspFrecuentemente escuchamos que alguien se defiende diciendo: “trátame como persona”, o bien: “soy una persona…” pero en realidad muchos no tienen una noción exacta de lo que es ser verdaderamente “persona” ni se preocupan por serlo.Porque si bien todos tenemos características que nos definen como humanos, hay muchos que en realidad no desarrollan sus cualidades y se quedan a niveles muy inferiores a lo que se espera de un ser humano verdaderamente de altura y que en resumidas cuentas sólo así merecería el título de “persona”.Porque una persona no es sólo quien tiene funciones biológicas, que también los vegetales respiran, se alimentan, crecen y se reproducen…No es persona en el pleno sentido de la Palabra quien tiene sólo sentidos, que también los animales tienen vista, oído, gusto… etc.Sentimientos y pensamientos, ya son otro nivel más elevado, pero quien tiene razón y sabe utilizarla adecuadamente, ya podemos decir que va evolucionando.Pero luego podemos percibir planos más elevados, como la responsabilidad, el compromiso y la posibilidad de asumir valores superiores.Por lo tanto, quien no toma en serio los acuerdos tomados ante Dios y ante una sociedad, para formar una familia, quien prefiere gastar su sueldo con amigos o en frivolidades superfluas, no puede afirmar que ha desarrollado mucho su ser como persona.Menos aún quienes tienen hijos a los que procuran dedicarles muy poco de su tiempo y de su empeño; que creen que con darles una tajada de alimento o con enviarlos a una escuela y gritarles si no se comportan como creen que deben, con eso están cumpliendo sus deberes, todavía estos se quedan ciertamente a niveles muy elementales.Sobre todo podemos constatar la calidad de la persona cuando los niveles espirituales están demasiado pobres o muy escasamente logran relacionarse con Dios que es la “Persona” por excelencia.Port eso es importante subir de nivel, a pesar de que el Dios que nos ama infinitamente desciende hasta nuestra humanidad para que sea posible ponernos en comunicación y establecer una relación con su ser divino.Por eso el lugar privilegiado para el crecimiento de la persona, es la familia, allí donde Dios se manifiesta en toda su evidencia, en donde quiere estar presente para continuar la vida y compartir el amor.Por eso es necesario elevar una oración para que cada día la familia pueda ser el lugar privilegiado donde las personas se acerquen cada vez más al Dios de la vida.
