Continuando con la exposición de las funciones de los nutrientes en las frutillas cultivadas, hemos de decir que al igual que el ácido fosfórico, el potasio también puede influir favorablemente en el desarrollo radicular vegetal.Los efectos del potasio sobre la calidad de los productos cosechados, son muy variados, debiendo hacerse hincapié en el mejoramiento de la textura, color y combustibilidad de la hoja del tabaco, como un ejemplo para nuestros amigos de Nayarit, y Michoacán en sus zonas tabacaleras, en el incremento como otro ejemplo, del contenido de azúcar, almidón y aceite de numerosas plantas económicas, así como en el refinamiento del sabor, beneficio del tamaño y fomento de la consistencia de los frutos.La mayoría de las plantas pueden asimilar grandes cantidades de potasio sin que ello llegue a mermar su calidad. En los cítricos sin embargo, debemos decirlo que el exceso de potasa produce un efecto desfavorable en su calidad, a causa de la formación de frutos grandes, burdos, de epicarpio carnoso y de madurez deficiente; a ello debemos agregar que tales defectos bien pueden deberse, a condiciones demasiado alcalinas del suelo.El exceso de potasio, igual que el del amonio, puede acentuar la deficiencia de magnesio en el suelo. Esto puede acontecer como resultado de una fertilización potásica unilateral. Es decir pues, que es riesgoso que apliquemos el potasio solamente. Tales deficiencias, aguzadas por el potasio, se han venido observando sobretodo en los cultivos de árboles frutales de tipo perenne.La absorción del potasio, ya sea que provenga este de fertilizantes potásicos, materia vegetal mineralizada o minerales del suelo, se realiza siempre en forma de ion potasio, monovalente y electropositivo. Del total de potasio existente en el suelo solo una pequeña fracción se encuentra a disposición de los vegetales. De ella, a su vez, solo un reducido por ciento está contenido en la solución del suelo, pasando el resto a ser absorbido por las micelas coloidales o sea minerales arcillosos o substancias de humus. Este tipo de potasio puede ser asimilado por las plantas mediante un proceso de intercambio iónico. El potasio contenido en los minerales del suelo no es aprovechable directamente por los vegetales, debiendo ser antes liberado por procesos de meteorización o intemperismo vocablo que usamos más en la práctica. Los principales grupos minerales que abastecen de potasa al suelo (invitamos a nuestros colegas a actualizar su química geológica) son los feldespatos como la ortoclasa la microlina etcétera y las micas biotita y moscodita. De las arcillas minerales solo el grupo de illita, derivado de la mica hidratada, presenta un considerable contenido de potasa; sin embargo, difícilmente puede ser aprovechada por la planta.Diversos suelos poseen la propiedad de fijar el potasio proveniente de los fertilizantes solubles, so pudiendo ser utilizado más por la planta. Tales suelos responden a una fertilización solo cuando las dosis aplicadas son muy elevadas. Una consideración que debemos tener en cuenta es cuando aplicamos el nitrato de potasio que es soluble pero que también tiene la posibilidad de que los nitratos se acumulen en la hoja y esta presenta síntomas de toxicidad.La mayoría de los suelos ligeros son particularmente pobres en potasio, esto hay que observarlo y constatarlo en nuestros suelos Zapopanos. Ellos pueden sufrir también una percolación del potasio relativamente rápida, parecido al del comportamiento de la urea con riegos pesados o precipitaciones pluviales abundantes. Debido al efecto antagónico del calcio y del potasio los suelos con elevado contenido calcáreo presentan también una frecuente pobreza de potasio aprovechable. En los suelos de tipo pesado el peligro de la percolación de potasio es mínimo.La deficiencia potásica, por lo general, se manifiesta primeramente a través de un amarillamiento de los ápices y márgenes foliares adultos. Con la agudés de ella se propaga el amarillamiento hacia el centro o hacia la base de la hoja, apareciendo también deficiencia en las hojas jóvenes.Con el crecimiento, las zonas foliares amarillas se tornan necróticas, mueren y adquieren una coloración café rojiza o café parduzca. Un síntoma general y característico es la nítida delimitación que guardan las aéreas amarillas o necróticas y el tejido foliar sano. La manifestación en años de sequía, o en repentinos periodos de aridez, es especialmente mayor. Debido a deficiencias potásicas y bajo ciertas condiciones, pueden desarrollarse síntomas cloróticos en las hojas jóvenes. Tales síntomas en observaciones constantes de campo son el resultado de deficiencias fisiológicas de hierro.La continuación de esta temática estará en próxima colaboraciones en la que mencionaremos la función del calcio.