La llamada cumbre sobre el cambio climático de París ha llegado a acuerdos que tendrán un enorme impacto en la vida de las naciones, (y de las personas por supuesto) en los años próximos. Por eso vale la pena echar un vistazo a algunos de los temas centrales y su significado.Lo primero que hay que mirar en retrospectiva es que la comunidad internacional ha asumido ya la gravedad de la amenaza que comienza a generar cambios irreversibles en la vida del planeta.Hasta hace apenas algunos años la mayoría de las fuerzas políticas de los países desarrollados dudaban de la seriedad del asunto. Mientras tanto, lentamente, cada día el mundo agrega gases a la atmósfera produciendo el efecto invernadero que lleva a elevar la temperatura de la superficie terrestre.Revertir la tendencia parece ser la prioridad, pero es importante ver los compromisos asumidos: en 2009 las naciones acordaron no permitir que la temperatura creciera más dos grados Celsius desde los niveles de la era pre industrial. Seis años después el texto de París asume un criterio más realista al señalar un nivel de 1.5 grados.Pero si el mundo quiere llegar a contener el proceso, es preciso dejar de lado el uso de combustibles fósiles en un plazo determinado.En los acuerdos se vislumbra un horizonte tan largo como el año 2060, para asumir energías limpias. Sin embargo el proceso no será fácil, porque los países petroleros prefieren que se asuman criterios lo antes posible hacia la mitad del actual siglo. Pero para lograr esta transformación se requiere una enorme inversión tecnológica, sobre todo en las naciones menos avanzadas, y la pregunta es quién debe pagar y cómo hacerlo, para eso se acordó establecer un fondo de hasta cien mil millones de dólares, para “movilizar” recursos hacia las naciones en desarrollo.Esto implica fondos públicos y privados que seguramente no serán a fondo perdido, así que queda pendiente el cómo se desarrollarán las formas de financiamiento. Además, luego de ver las consecuencias enormes que tiene el cambio climático en la infraestructura y la producción, queda el tema de quien debe asumir la responsabilidad por esos daños.Muchas personas y empresas quedarán quebradas al dañarse sus ámbitos naturales en la pesca, la agricultura, la ganadería y muchas otras actividades. Queda pendiente desarrollar mecanismos compensatorios específicos a nivel nacional e internacional.Los objetivos serán evaluados periódicamente para seguir de cerca el cumplimiento, y esto nos lleva a la parte más delicada del asunto que es la obligatoriedad en el cumplimiento y las consecuencias en caso de no alcanzar los objetivos en cada nación.La ONU es el mecanismo multilateral que maneja el tema, pero como sabemos, enfrenta serias limitaciones cuando de someter a las naciones que forman el consejo de seguridad se trata. Así que probablemente veremos en los próximos años un intento de reforma de la composición del organismo para fortalecer su capacidad para hacer cumplir los acuerdos.México es una de las naciones que puede ser vulnerable a los cambios en el corto y mediano plazo. Los riesgos de inundaciones, sequías, huracanes y otros fenómenos meteorológicos ya han mostrado cambios muy significativos en los años recientes. Además nuestro modelo de desarrollo industrial implicará un cambio en la generación de energía que requiere enormes inversiones para contener las emisiones.El impacto económico de los cambios en la naturaleza y los acuerdos serán enormes y obligan a decisiones estratégicas prácticamente inmediatas. Por eso los acuerdos de París merecen toda la atención y compromiso.
