Angélica Peregrina Vásquez es doctora en Ciencias Sociales en el Colegio Jalisco, miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) y fungió como directora del Centro INAH (INstituto Nacional de Arqueología e Historia), que corresponde a la Delegación del Gobierno Federal. Su formación como historiadora la ha convertido en una de las investigadoras ilustradas del proceso histórico de la Independencia de México. A continuació la especialista nos comparte un hecho histórico que quizá no es muy conocido para algunos de nosotros: “La actuación de Hidalgo se desarrolla a lo largo de cuatro meses muy intensos de actividad, del 16 de septiembre de 1810 con el grito de madrugada llamando a la primera misa, hasta enero de 1811 que pierde la Batalla de Calderón y se dispersan; son apresados camino al Norte: enjuiciado y ejecutado. “En la Intendencia de Guadalajara, que corresponde a una parte del antiguo Reino de Nueva Galicia, la cabecera más importante del Occidente de México en el tiempo de la etapa virreinal es Guadalajara. Una ciudad que aglutinaba población importante y gracias al movimiento de Independencia se incremento. Alcanzó a tener más de 30 mil habitantes, los que vinieron con las tropas, otros se quedaron, muchos ricos buscaron protección en la ciudad porque la guerra les había afectado sus propiedades rurales. “Al morir Hidalgo, la estafeta pasa a manos de Morelos, en el Sur, con jefes que le siguieron. En el movimiento local existen tres focos de insurrección que permanecen: primero, en el Sur con Gordiano Guzmán como su cabecilla; segundo, en el Oriente con Pedro Moreno y se le suma Javier Mina en el Fuerte del Sombrero; tercero, un foco de resistencia muy importante que le dio grandes dolores de cabeza al gobierno virreinal fue: La isla de Mezcala. “A la muerte de Hidalgo, no podían enfrentarse de manera directa, ni era conveniente hacerlo porque el ejercito con José de la Cruz al mando del gobierno de Guadalajara en lugar del Intendente Abarca, con un lugarteniente como Pedro Celestino Negrete que era militar de profesión, pero un furibundo soldado, era inconveniente enfrentar esas fuerzas en un combate que habría sido desigual. “Gordiano Guzmán ya había perdido a su hermano Francisco en uno de los ataques; sostienen un movimiento que podemos denominar actualmente como guerra de guerrillas, asaltando las guarniciones, llevándose municiones, caballos, despensas, y remontarse al territorio que conocían como la palma de su mano: el Sur de Jalisco. Siguieron a esta táctica ataques sorpresivos, retiradas rápidas, manteniéndose así para que pudieran acabarlos los realistas. El gobierno virreinal recurre a un bloqueo, no dejar pasar víveres para esta zona. Ellos en Sayula, como capital comarcal; era atractivo, había gente rica, medios para subsistir en la guerra. Se refugian en: Sayula, Techaluta, Teoquitatlán, Zapotlán. “Gordiano Guzmán es un caudillo muy importante, porque mantiene el movimiento a base de estas guerrillas, hace ligas con Juan Álvarez en el Sur y con Vicente Guerrero; sus andanzas llegaron por la parte que colinda Jalisco con estas tierras calientes de Michoacán, Cuaguayana, Huetamo, logrando vínculos con este movimiento del Sur que encabeza Morelos. “La actuación de Gordiano Guzmán es relevante, nunca logró el gobierno virreinal acabar ese punto de insurrección. Fue longevo, vivió la consumación de la Independencia, muere alrededor de 1840. Zapotlán, hoy Ciudad Guzmán, lleva este nombre en su honor, así como Tamazula de Gordiano, su ciudad natal. “Él (Gordiano Guzmán) llevó la llama de la guerra independentista que formó una nueva nación”, afirma la doctora Angélica Peregrina.