Compañeros de desgracias o hermanos en el infortunio —aunque su “hermandad” tenga cierta semejanza con la bíblica de Caín y Abel—, Guadalajara y Atlas compartieron este fin de semana la frustrante experiencia de que se les escaparan sendos triunfos que tuvieron en la mano… pero que fueron incapaces de llevarse al bolsillo.*A las “Chivas” les quedó el consuelo de que el empate con que se resolvió su duelo con el Necaxa —que llegó a la cita con record perfecto en las dos jornadas iniciales del Torneo de Apertura— les quedó como premio de consolación: como el reintegro de la Lotería, pues…Los rojinegros, en cambio, no obstante que dos veces tuvieron al Toluca en la lona, en calidad de visitantes, y acariciaban la posibilidad de hilvanar su tercera victoria en otras tantas apariciones, al final del cuento salieron de “La Bombonera” con las manos vacías… y con el amargo sabor de una derrota —que a esas alturas de la película parecía fuera de programa— en la boca.*La conclusión de las frustraciones —más dolorosa, seguramente, la del Atlas— que compartieron los dos equipos tapatíos, deben verse como llamadas de atención para sus simpatizantes, ordinariamente proclives a echar a vuelo las campanas a la menor provocación.Ambos resultados son síntomas de que es prematuro dar por descontado que el Guadalajara transita con firmeza por el camino que lo llevará a refrendar el título conseguido en el precedente Torneo de Clausura… o, con mucha mayor razón, que los rojinegros ya están listos para, ahora sí, reverdecer los laureles que se marchitan en sus vitrinas desde hace 66 años, aunque ocasionalmente les hayan caído brisas refrescantes.*Los tres empates hilvanados hasta ahora por los rojiblancos no permiten aún sacar conclusiones definitivas: serán útiles para alimentar la ilusión de estar de nuevo en la Liguilla, si el equipo recupera la solvencia que gradualmente fue “in crescendo” en la campaña anterior. Los seis puntos conseguidos por el Atlas en sus dos primeras apariciones, por lo consiguiente…Lo esencial es que unos y otros adquieran, en el curso de la etapa clasificatoria, primero, la regularidad que les permita mantener el paso, y después —lo más importante— la fisonomía de equipos capaces de pasar de esa fase preliminar al verdadero campeonato, en calidad de verdaderos protagonistas y no de simples “extras” —como hay tantos…— de la película.
