* Danza macabra

* Las notas relacionadas con los partidos de la jornada del pasado fin de semana, enfatizaban que, en algunos casos, los resultados habían evitado la decapitación simbólica de otros tantos técnicos. Entre los estaban (y como dicen que dijo Don Teofilito...) en la cuerda floja, aparecían los nombres de Gustavo Matosas, Joaquín del Olmo, José Guadalupe Cruz... y hasta Enrique Meza. Las victorias que consiguieron Puebla, Tijuana, Jaguares y Cruz Azul, les salvaron la vida. O, al menos, en varios casos, aplazaron la ejecución. En cambio, la derrota de la Autónoma, en casa, ante los “Tigres”, contrastante con la victoria conseguida a media semana como visitante del dizque “Grande, muy grande” América, precipitó que los dueños del juguete —que nunca se han caracterizado por la virtud de la paciencia— accionaran la guillotina en detrimento del pimentoso entrenador... o, al decir de los enterados, más motivador que entrenador. * El cese del técnico, en un equipo que no camina como quisieran sus dirigentes, es un recurso manido. Es, sin más, la aplicación de la fórmula trillada en otros ámbitos del quehacer humano: “Si el enfermo se muere, el médico es el culpable”... Sustitúyanse los vocablos “enfermo” por “equipo” y “médico” por “entrenador”, y listo. Se pretende que la fórmula tenga una consecuencia casi mágica. Se supone que la designación de otro entrenador obrará, ipso facto, el portento de que “den el extra” en su rendimiento los jugadores que con el técnico cesante se limitaban a llegar hasta el límite de sus capacidades... Se infiere, en otras palabras, que el timonel que entre al relevo —y lo que ahora está en vías de suceder con los “Tecos” rebautizados como “Estudiantes” es lo mismo que ha sucedido con absolutamente todos los equipos que han pasado por ese trance—, genere una catarsis y opere un milagro en el plantel al que se le incorpora con la deliberada intención de que saque agua de las piedras y baje, en chiquihuites, peras de los olmos. * Todo eso, mientras el que se va —el “Chelís”, en el caso— consigue venderse en otra parte como el mesías prometido...