Entretenimiento | Originario de la Ciudad de México, Kalach hace referencia a la Villa Olímpica, construida allá hace 40 años ROSTROS VILLA PANAMERICANA: Garibaldi de Alberto Kalach “Es una torre extremadamente esbelta; en su última planta tiene 300 metros de área. Normalmente, las torres de dos departamentos por piso de 200 ó 300 metros cada uno, dan 600 metros por piso. Entonces estamos hablando de una torre muy esbelta”. Por: EL INFORMADOR 23 de mayo de 2008 - 16:52 hs Fotos: Mariano Aparicio. Por: Ana Guerrerosantos Rebelde e irreverente, enojado con el establishment pero finalmente parte de él. Es Alberto Kalach, autor de la polémica Biblioteca José Vasconcelos en la Ciudad de México, pero anteriormente conocido sea por su buena arquitectura como por el proyecto de rehidratación de los Lagos de Texcoco, llamado Ciudad Futura. Hoy día no quita el dedo del renglón, y lo que empezó en colaboración con su colega Teodoro González de León hace ya casi una década, sigue siendo un reto para él pese al adormilado devenir que el proyecto ha tenido en manos de dos administraciones federales -ésta y la pasada-. Y en su trajín cotidiano, desde su despacho ubicado en la bulliciosa avenida Constituyentes del Distrito Federal, Kalach vuelve a recibir un llamado de Guadalajara. Hace unos años fue para proyectar un plantel escolar que es ya una realidad en esta ciudad, y ahora fue para invitarlo a participar en la Villa Panamericana. De nueva vez la mención de su nombre causó resquemor en algunos miembros de la comunidad local de arquitectos, hasta que voces de peso internacional (Miquel Adrià, director de la revista Arquine, entre otros) hicieron ver que omitirlo del proyecto general sería un error. Entonces las intenciones fluyeron y Alberto Kalach vino a Guadalajara con una torre para ella. El vertical y circular de la Villa Panamericana Originario de la Ciudad de México, Kalach hace referencia a la Villa Olímpica, construida allá hace 40 años, para empezar a hablar sobre la Villa Panamericana. “Era la visión de las ciudades en aquel entonces: extenderse, colonizar territorio, hacer infraestructura, las ciudades estaban creciendo, y 40 años después, éste es el ejercicio opuesto: el crecimiento de la ciudad hacia adentro”. Por eso, su postura ante la idea de redensificar lo ya urbanizado es: “lo que hay que hacer -dice convencido-, es optimizar recursos”. Se trata, ahonda, de volver a ocupar lugares que están subutilizados, como la mayoría de los centros urbanos en tantas y tantas ciudades alrededor del mundo en las que “se han dejado huecos hacia adentro, y lo más inteligente es aprovecharlos”. Pero sin lugar a dudas, la propuesta arquitectónica de Alberto Kalach como invitado a diseñar un edificio para la Villa Panamericana, ha sido la más contundente de todas. Se trata de una torre cilíndrica que, una vez construida, se convertirá en un punto de contemplación obligatoria en el centro de Guadalajara. “Es una mera visión de ingeniero -explica Kalach en entrevista-. Creo que para la densidad que se necesita y para meter el número de viviendas que requiere la Villa Panamericana en lotes muy pequeños, era más sano hacer altura y dejar área libre, que menos altura y que las viviendas tuvieran patios”. Y sin dejar el tono reflexivo de su voz, añade: “Después de hacer algunos números, consideré que no podemos tener un patio; necesitabamos más bien un edificio que viera hacia afuera, sin espacios introvertidos, y optamos por la torre”. Siempre teniendo como prioridad la luz, la iluminación, el asoleamiento y la vista de los departamentos, así como el respeto a los vecinos, “llevamos la torre hacia la esquina del terreno y le hicimos un edificio más bajo para afectar lo menos posible y armonizar”, dice al referirse a las construcciones aledañas. Al preguntarle a qué será destinado este edificio, el autor del proyecto responde: “La planta baja de los edificios es muy importante; es la vida de las ciudades, los comercios, los restaurantes, las cantinas. Todo eso tiene que estar en planta baja porque la vida pública está ahí. La vida privada está en los subsecuentes. Entonces el edificio bajo es un respaldo que provee vida a la planta baja, actividad, y unos cuantos pisos más de vivienda que armonizan con el promedio de la altura del barrio. De tal manera que está la torre y luego el edificio bajo que se relaciona con las viviendas, casas, el tejido existente”. Mientras que respecto a la planta circular del edificio, explica que esta forma geométrica si es bien trabajada, no representa problemas interiores: “Al centro están los cuartitos y hacia afuera están los cuartotes. Recámaras, sala, estancias y comedores en la parte más amplia; baños, cocinas y closets en la parte más apretada del círculo. Creo que el círculo, como los troncos de los árboles, son secciones eficientes. La geometría es la geometría, no hay que calificarla”. Y un poco renuente a hablar sobre la limitante impuesta a la altura de su proyecto ejecutivo (67 metros), Kalach comenta que su edifico será de 18 pisos de apartamentos más la planta baja. “Pero creo que quedaría mejor si fuera de 24...”. De regreso a su ciudad donde actualmente trabaja en el desarrollo de dos escuelas públicas en la periferia del Distrito Federal, el arquitecto subraya que “el gran trabajo de la Villa Panamericana, más allá de cada propuesta arquitectónica, es la propuesta urbanística que viene del Ayuntamiento: construir la ciudad hacia adentro, aprovechando sus recursos y su infraestructura. Eso es sustentabilidad y eso es racionalizar la ecología”. El sabor del éxito Para Alberto Kalach el sabor del éxito es amargo. ¿Por qué? “Porque lo que yo pensaba que era un éxito, que fue hacer la espléndida Biblioteca (José Vasconcelos), ahora está cerrada por la necedad de un tipo. El éxito puede ser muy amargo también. Y es relativo”. Temas Tapatío Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones