Domingo, 13 de Julio 2025
Entretenimiento | Un teatro cerrado es lo peor que existe, dijo Martín Boschet, director ejecutivo del Colón

Celebra Teatro Colón primer centenario a puerta cerrada

El inmueble de la capital argentina reabrirá sus puertas en 2010, luego de un proceso de restauración iniciado en 2006.

Por: AP

BUENOS AIRES.- a mayor sala lírica de América Latina celebra el domingo su primer centenario, pero la pompa y circunstancia tiene un sabor agridulce.

El Teatro Colón de Buenos Aires, cerrado en 2006 para una restauración total, volverá a abrir sus puertas al público en 2010, cuando Argentina celebre el bicentenario de su independencia.

“Un teatro cerrado es lo peor que existe”, dijo Martín Boschet, director ejecutivo del Colón. “Es un compromiso de gestión... Reinaugurar el teatro y sus obras el 25 de mayo de 2010”.

El domingo, día en que el teatro cumple sus primeros 100 años, se realizan diferentes actos y actividades gratuitas: un recorrido por el foyer, mientras fotografías y obras de arte son exhibidas en los subsuelos.

Pero el plato fuerte será la función gratuita de El Barbero de Sevilla de Rossini, en una versión en castellano adaptada para niños.

Los festejos finalizarán con un concierto a cargo de la soprano Ana María González, el tenor Luis Lima y el maestro Enrique Ricci.

En su aniversario el Teatro Colón es una obra en construcción: metros de andamios rodean la cara exterior y el esplendor dorado de la sala central está cubierto por una red de estructuras metálicas y plásticos protectores.

Pero Boschet y los empleados del teatro aseguran que la sala es sólo una bella dormida que aún conserva una gran vitalidad.

``Me parece bien que hagan todas las actividades que han programado a todo nivel para que se vea... que el teatro está vivo aunque el edificio esté dormido``, comentó Margarita Pollini, autora de ``Palco, cazuela y paraíso: Las historias mas insólitas del Teatro Colón``, una colección de anécdotas sobre el teatro.

Pollini ve a la restauración como una inversión necesaria para un teatro que, espera, será testigo de un futuro aún más ilustre que los pasados 100 años.

Desde que el teatro cerró en 2006 , sin embargo, un grupo de políticos, ciudadanos y empleados han expresado su preocupación sobre cómo se está realizando la restauración y si ésta podría afectar --e incluso alterar-- la afamada acústica de la sala principal.

Boschet y otros ejecutivos del Colón han asegurado al público que la acústica será conservada durante el proceso de reformas.

Aunque la mayoría de los mil 200 músicos y bailarines del Colón se han visto forzados a mudarse a otros teatros o salas de ensayo de Buenos Aires, los empleados el taller de zapatería, vestuario y pelucas mantienen el teatro en movimiento.

El Colón es una de las pocas casa de ópera que posee talleres internos, una tradición mantenida desde la llegada a Argentina de los primeros inmigrantes italianos que comenzaron a trabajar en el teatro a inicios del siglo XX, explicó Atilio Lázzaro, director escenotécnico del teatro.

``En Europa se fue perdiendo lo que todavía tenemos nosotros``, dijo Lázzaro, mientras hacía una pausa para admirar el trabajo de un compañero que cortaba y cosía zapatillas de ballet para una gala de ``El Lago de los Cisnes`` que tendrá lugar en unas semanas.

Lázzaro y su equipo han podido continuar trabajando en el teatro, pero otros artistas están ansiosos por volver al Colón.

``Definitivamente el Teatro Colón tiene una magia muy especial``, contó Enrique Arturo Diemecke, director artístico de la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires.

``Todos los que trabajamos aquí salimos con un aura distinta a cuando llegamos. Nuestra energía se recarga porque se siente la magia y el poder del lugar``, explicó.

Por sobre todo, Diemecke extraña la acústica de la sala central, que llevó el vibrato de Luciano Pavarotti y los tangos de Astor Piazzolla hasta el más remoto rincón del teatro, que posee un estilo similar al de Alla Scala de Milán.

Diemecke, durante 20 años director artístico de la Orquesta Sinfónica Nacional de México y actual director de las sinfónicas de Flint, en Michigan, y Long Beach, en California, elogió la del Colón como ``una de las mejores acústicas del mundo``.

Pero enfatizó que son los artistas y empleados quienes le dan al teatro su efervescencia y renombre.

``La magia no solamente es la acústica o las paredes o los telones o las sillas. Importa el público, la orquesta, importa todo``, dijo Diemecke. ``Todo se complementa. Es un ente viviente``.

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