Jueves, 16 de Octubre 2025
Deportes | Por Héctor Huerta

Atuendo futbolero

'Las batallas no siempre las gana el más fuerte o el más veloz; tarde o temprano el hombre que triunfa es aquel que cree que puede triunfar'. Vince Lombardi.

Por: EL INFORMADOR

* Los ángeles, ¿también juegan?

Dice la descripción que “un ángel es un ser inmaterial presente en las creencias de muchas religiones”. Monterrey no tiene uno, sino dos ángeles dentro del plantel. Por eso su entrenador bromea diciendo que salen con ventaja sobre el rival porque “tenemos 13 en lugar de los 11 que permite el reglamento”.

En Monterrey se han reforzado con Antonio de Nigris, fallecido el pasado 15 de noviembre, poco antes de comenzar la Liguilla, y quien está convertido hoy en el ángel guardián del vestidor. Su luz ha brillado en la liguilla, ayudando al equipo a salir de momento verdaderamente difíciles, como el 1-3 del primer tiempo de esta final ante Cruz Azul.

Y el entrenador Víctor Manuel Vucetich tiene su propio ángel: su esposa Yolanda Montes de Oca, quien murió el 29 de febrero de 2008, tras una operación del corazón. Su ángel lo ha protegido de los errores tácticos que ha cometido, iluminándolo en los cambios que han servido para corregir cuando está abajo en el marcador.

¿Esos dos ángeles pueden llevar por sí solos al Monterrey al título? No, claro que no. Lo más importante es el futbol que desplieguen en la cancha, en los 90 o 120 minutos o los penales que les toque jugar hoy.

Monterrey tiene una magra ventaja de 4-3, pero es una ventaja importante si se toma en cuenta su potencial ofensivo y el gran momento que atraviesan Humberto Suazo, Aldo de Nigris, Wálter Ayoví (un ecuatoriano de primerísimo nivel, al que pocos le han reconocido de labor), el paraguayo Oswaldito Martínez, además de Lucho Pérez, José María Basanta, Duilio Davino, Diego Martínez y hasta el portero Jonathan Orozco. Y tiene en la banca la experiencia de Vucetich, quien ha disputado y ganado siete finales anteriores a la actual. Es decir: está invicto cuando busca títulos. Pero también tiene un descenso con Tigres, no lo olvidemos.

Y enfrente, Cruz Azul cuenta con Enrique Meza en la banca, otro experimentado entrenador, con seis finales en Primera División, de las que ganó cuatro y perdió dos; tiene además dos títulos de Concacaf y el trofeo más importante a nivel de clubes mexicanos: la Copa Sudamericana con el Pachuca. Ha ido además a dos mundiales de clubes y dirigió con poco éxito a la Selección mexicana previo al Mundial de Corea-Japón 2002.

Y en la cancha, Enrique Meza cuenta con el campeón goleador Emanuel Villa, con dos servidores de pases de gol excelentes, como Jaime Lozano por izquierda y Rogelio Chávez por derecha, una media de contención a todo lujo, con Gerardo Torrado y Christian Riveros, además del apoyo que brindan con su esfuerzo otros jugadores como Fausto Pinto, César Villaluz, el “Chuletita” Orozco, el “Cata” Domínguez, Melvin Brown o Mario Ortiz. Mención aparte para José de Jesús Corona, sobrio y eficiente durante el torneo, uno de los mejores porteros de México, pero que fue factor en contra de su propio equipo en el partido de ida. Veremos hoy su capacidad de reacción ante semejantes fallas.

Lo cierto es que esta final ofrece el atractivo de que Monterrey está protegido por ángeles, y Cruz Azul sólo puede apelar a su futbol y a la experiencia de su entrenador.

Pero aunque estén los ángeles en las alturas del Estadio Azul y los entrenadores experimentados en la banca, al final de cuentas quienes resuelven todo son los jugadores.

Y ambos tienen plantel para levantar la copa. Esta tarde tendremos a un campeón que, si el arbitraje lo permite, será el justo ganador de un torneo irregular, de baja calidad y cuya inconsistencia se ha hecho presente en toda la Liguilla.

Ah, y mientras Monterrey y Cruz Azul disputan un título en la cancha, los tres equipos de Jalisco siguen viendo la final por televisión, gracias a su mediocridad.

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