Lunes, 27 de Octubre 2025
Deportes | Por Héctor Huerta

Atuendo futbolero

“Hay un Dios que ayuda a un equipo que hizo todo el esfuerzo, contra una falta del portero que no era expulsión y de arriba nos ayudó a ganar este partido”. Ricardo La Volpe, técnico del Atlas.

Por: EL INFORMADOR

Remar así, a contracorriente, sin duda que tiene su mérito. Quedarse sin el portero Francisco Canales a los 26 minutos, en una novatada que el árbitro Marco Antonio Rodríguez no estuvo dispuesto a perdonar porque cuando se viste de juez es más papista que el Papa, dejaba al Atlas en una situación en extremo peligrosa, frente a un rival que le tenía tomada la medida en los clásicos.

Al final, nadie salió conforme con el supuesto mejor árbitro del futbol mexicano (cómo serán los peores...) pues tanto Atlas como Chivas se sintieron perjudicados.

Atlas, por quedarse con un hombre menos desde el minuto 26 y Guadalajara porque le decretaron un penalty que todavía les remueve los hígados ya sobre el minuto 90, que Bruno Marioni cobró con la serenidad que los experimentados ponen en los peores momentos de encrucijada.

El vestidor de Chivas era un torbellinos de malos sentimientos sobre la autoridad del árbitro, a quien culparon directamente de la derrota y el entrenador Efraín Flores lo acusó de persucutor porque ya no es una, sino varias las ocasiones en que se siente perjudicado por el predicador cristiano.

Marco Antonio Rodríguez, por si usted no lo sabe, es pastor de un grupo cristiano. Celebra encuentros religiosos en el sur de la ciudad de México y está consagrado a la palabra del Señor, del cual se siente uno de sus más leales ciervos.

Pero este mismo pastor, en cuanto se pone la túnica arbitral, se transfigura. Toma del brazo el reglamento y aplica las 17 reglas del juego a rajatabla, haciendo cumplir aquella sentencia del buen juez: “Que se haga justicia aunque se derrumben los cielos”.

El clásico tapatío pudo ser más que el juego del gato contra el ratón porque cuando el Atlas se quedó con diez hombres no pudo hacer otra cosa que hacer uso del aspecto táctico para anteponer la eficacia a la belleza del juego. Sacrificó la parte de espectáculo que le correspondía dar porque con diez las condiciones merman y cambian.

Chivas, en cambio, aportó todo su entusiasmo tratando de reflejar en el marcador la abrumadora superioridad en posesión de balón y en dominio territorial.

Atlas enseñó que aunque falte calidad y las condiciones no sean las mejores, debe prevalecer una mística de compañerismo, de entrega, de reparto generoso del esfuerzo para suplir en la cancha la ausencia de uno de sus jugadores. También sirvió la ocasión para ver que Alejandro Gallardo, con tan mala fortuna por ser el segundo portero de la selección Sub-17 que se coronó en Perú y que recibe su bautizo de fuego en un clásico.

El técnico de la Furia, Ricardo Antonio La Volpe, comentó cuál fue la virtud de los suyos, el estratega prioriza por encima de todas las cosas la inteligencia con la que se jugó todo el partido, pues sacaron un resultado buenísimo.

“Yo sabía que las opciones que tenían eran sólo las pelotas de media distancia y los centros. Hay que reconocer que ellos tienen desequilibrio por las bandas; hoy tengo que felicitar a los jugadores; que hoy más que nunca les quedó en claro que los partidos duran 90 minutos, pues hay que mantener el orden hasta el final y se encontraron con un gran esfuerzo. De que hay un Dios que ayuda, a un equipo que hizo todo el esfuerzo, contra una falta del portero no era expulsión y de arriba nos ayudó a ganar este partido”.

El Director Técnico dice que en un partido de esta índole, tiene que haber mucho carácter, pues estaban en desventaja numérica y jamás se dieron por vencidos.

“Yo dije que en un Clásico hay que tenerle respeto a la gente, y este es un partido de futbol; ellos tuvieron la pelota, pero nosotros supimos romper las líneas y fue muy inteligentes los muchachos y salvo por los centros que mandaron por la gran calidad que tienen sus jugadores, hoy puedo decir que fue perfecto”.

Lo más peligroso que vio del rival fueron los constantes centros al área atlista, pero que salvo estas cosas no hubo más por parte de los rojiblancos.

“En cada pelota había entrega y nunca la regalaron. No tenían más opción que el cabecear, por eso me ponen a Borgetti y creo que ellos así buscaron ganar el partido, contra un rival que estaba muy bien parado”.

-¿Qué opina del trabajo arbitral?- “Considero que ante las faltas consecutivas de un central o un medio el árbitro va y te amonesta, pero hay cinco o seis faltas de los nueves y no hay amonestaciones; no entiendo por qué no se marcan igual, cuando un jugador te corta una jugada, aunque no sea defensa. Hubo muchas faltas repetitivas que no las marcó y hasta me dijeron que la expulsión de Canales no había sido”.

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