* “Zopilotes”

A muchos técnicos desempleados se les etiqueta con un mote nada envidiable: “Zopilotes”...

Se les dice así porque, a semejanza de las aves carroñeras, “empiezan a dar vueltas donde intuyen que va a haber perro muerto”. Y es que, en efecto, esos personajes --o sus representantes: da igual...-- se hacen presentes, mediante telefonemas, con los dirigentes de equipos en que los resultados tienen a sus entrenadores en la cuerda floja.

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Al término del Torneo de Apertura, los “zopilotes” empezaron a revolotear sobre la cabeza de Mario Carrillo. Además de que los resultados se le negaban el técnico mexicano se ganó a pulso las cuchufletas de críticos y aficionados, a partir de que trascendió su afán obsesivo por asesorarse con una experta en esoterismo, magia y “ciencias” afines...

Antes de que José Luis Sánchez Solá --“paño de lágrimas” y “bombero de cabecera” del Puebla-- fuera reinstalado en el puente de mando, por lo menos un par de técnicos movieron sus contactos, para que sus nombres comenzaran a barajarse. Uno de ellos, al menos --“de cuyo nombre...”, etc.--, consiguió que su contratación se publicara como “un hecho”. 24 horas después, el audaz “zopilote” aprendía que “del plato a la sopa...”, etc.

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Una solitaria derrota --la del viernes, ante el Atlas--, fuera, completamente, de programa, bastó y sobró para que el triunfalismo con que los americanistas vislumbraban las perspectivas de su equipo bienamado de cara al inminente Torneo de Clausura, se transformara en irritación. El destinatario de sus iras fue Ramón Díaz, cuyo apoyo --“Pelado”, en referencia a su pelo corto-- generó chungas al por mayor... Ahora, a las ironías se suman las especulaciones con respecto al cese del argentino y a la contratación, como su reemplazo, de Bernd Schuster, quien hace pocas semanas saltó, como tapón de sidra, del timón del Real Madrid, por la simple razón de que la encomienda le quedó grande.

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Y ya que de especulaciones se trata, del intempestivo cese de Ricardo La Volpe --sin dar tiempo, siquiera, a que los resultados del Torneo de Clausura lo reprobaran--, surgió, ipso facto, la hipótesis de que el técnico argentino ya se inscribió, con todos los honores, en la lista de espera del único equipo mexicano cuyos dirigentes y simpatizantes --con justa fama de masoquistas muchos de ellos, por cierto-- aún le suspiran...