El olor nauseabundo impregna las casas ubicadas en la parte baja del poblado Río Blanco, delegación de Zapopan. Una planta para tratar aguas negras paliaba el hedor, pero hace años dejó de funcionar. En otras delegaciones como Nextipac, Ixcatán y San Esteban, las plantas tampoco operan. Son más de ocho mil habitantes los que están expuestos a malos olores o que padecen frecuentes problemas de salud.“Nos acostumbramos porque no hay de otra”, aseveró un habitante de Río Blanco.El Ayuntamiento zapopano informó que tiene a su cargo 11 plantas para tratar agua, de las cuales solamente la del Rastro Belenes alcanza 100% de eficiencia; cuatro están en condiciones regulares; cinco ubicadas en las delegaciones mencionadas ya cumplieron su vida útil; y la planta de Los Molinos, que trataría agua de más de cuatro mil habitantes del fraccionamiento, está sin el proceso de recepción de flujo.Zapopan lidia con plantas obsoletas, rezago histórico en inversión y un monto millonario para construir nueva infraestructura porque la rehabilitación de las existentes ya no es viable.Héctor Gabriel Chaires Muñoz, Director de Gestión Integral del Agua de Zapopan, explicó que las plantas fueron construidas para atender a comunidades aisladas en los años 90. Sin embargo, algunas ya tienen más de 26 años y es difícil recuperarlas.Héctor Gabriel Chaires Muñoz, director de Gestión Integral del Agua de Zapopan, estimó que se requieren dos mil 500 millones de pesos (MDP) para construir una planta para tratar el porcentaje de aguas residuales que le corresponde al municipio.“La idea es que a futuro todas estas aguas residuales se conecten a una sola red y se les dé tratamiento en una sola planta, porque no es costeable estar haciendo plantitas en cada fraccionamiento o localidad”, consideró.El funcionario señaló que el proyecto no sería tan grande como Agua Prieta o El Ahogado, pero sería suficiente para sanear el cauce del Río Blanco. “Para que la gente de Río Blanco y otras localidades no estuvieran percibiendo estos olores”.Recalcó que esa planta, ubicada en la calle Independencia sin número, se hizo específicamente para el poblado. “Pero aguas arriba se tiene que hacer más infraestructura. Tesistán, Copalita, son zonas que se tienen que conectar a un colector y llevarlas a una gran planta”.Chaires Muñoz puntualizó que operan 10% del territorio de Zapopan y el resto es responsabilidad del Sistema Intermunicipal de los Servicios de Agua Potable y Alcantarillado (SIAPA). “Manejamos aproximadamente 10% del territorio de Zapopan, la mayoría descarga en colectores del SIAPA, que terminan finalmente en Agua Prieta o El Ahogado”, precisó.Aceptó que si el agua no se trata completamente no sirve de mucho. “Estudiamos tratar el agua de Nextipac, Tesistán, Santa Lucía. En Río Blanco sería en vano rehabilitar la planta porque está sobre el arroyo, y en realidad no cubre la necesidad que requiere la población”.Los regidores de la Comisión de Ecología señalaron que 8% de las aguas residuales de Zapopan son responsabilidad del municipio.Antonio Gómez Reyna, académico de la Universidad de Guadalajara, consideró que debido a que las administraciones municipales duran solamente tres años, la gente debe aprender a denunciar los asuntos relacionados con el agua. “Hay dos tipos de delitos: omisión y desconocimiento. Si una planta está para tratar el agua, se le está pagando, tiene una nómina y no cumple entonces allí hay un fraude. Si el Ayuntamiento es omiso automáticamente tiene responsabilidad”.Por su parte, Pedro Martínez Ayala, infectólogo y profesor del Centro Universitario de Ciencias de la Salud (CUCS), informó que aunque en las aguas negras hay crecimiento de bacterias que afectan a los alimentos, como cólera o salmonela, estar cerca de agua no tratadas aumenta peligro de padecer enfermedades gastrointestinales. “Desde el punto de vista infeccioso, el mayor peligro es el contacto directo. Es de suma importancia tratar las aguas para la salud de la comunidad”. Recomendó utilizar cubrebocas si se hace ejercicio o actividades al aire libre cerca de arroyos contaminados y jamás tener contacto directo con estos cauces.CRÓNICASuspira y sus ojos se vuelcan al arroyo. El hombre comienza a soñar. Su memoria regresa al momento en el que tenía 10 años. Es un niño que corre entre agua limpia.Dice que hace 60 años, río Blanco era una maravilla transparente. Por eso ostenta ese nombre. Recuerda a los peces, ranas, sardinas, tortugas. Las familias comían juntas alrededor.“Pero de 20 años para acá empezaron a echar todos los drenajes de Santa Lucía y los nuevos fraccionamientos del Norte de Zapopan, todas las aguas residuales llegan aquí”, lamenta el hombre que prefiere el anonimato ante posibles represalias.La gente reía y pescaba antes del crecimiento desmedido. Cuenta que una vez descubrió a las empresas que contaminaban el río. Buscó durante más de un mes y encontró que gente poderosa tenía nexos con el Gobierno municipal, quien les permitía contaminar. “Abril y mayo son los meses donde penetra más el olor en este rancho. Debe ser también una fábrica porque viernes y sábado avientan el agua a un drenaje. Hay pipas que vienen a descargar desechos de Guadalajara”.El señor platica su relato en la planta de tratamiento abandonada en el poblado de Río Blanco. A un kilómetro de la zona donde la población padece los olores hay casas lujosas, allí no llega el tufo, desde sus impactantes vistas no alcanzan a ver el agua negra que corre abajo.LEA TAMBIÉN: Abandonan plantas para sanear río SantiagoEl 23 de abril de 2015, la Comisión Estatal de Derechos Humanos Jalisco (CEDHJ), emitió una recomendación al anterior alcalde de Zapopan, Héctor Robles, por acciones y omisiones de autoridades respecto al tema de aguas en Nextipac. “Las dos plantas de tratamiento se encuentran en total abandono, por lo que es preocupante el destino de las aguas que supuestamente son tratadas”.Ante la problemática, regidores de la Comisión de Ecología del municipio presentaron en junio de 2017 una iniciativa para realizar un proyecto integral de tratamiento de agua en Zapopan.Hiram Torres, integrante de la Comisión, dijo que tras un recorrido a las plantas se dieron cuenta que están en un estado pésimo; no obstante, la iniciativa está parada, no hemos visto mayor avance”.El mes pasado, la Profepa solicitó a nueve estados, entre ellos Jalisco, controlar y reducir las descargas de aguas en la cuenca Lerma-Chapala-Santiago por alcanzar el límite de contaminantes.En nuestro Estado, de un total de 90 plantas de tratamiento a lo largo de la cuenca, ya no operan 56.