Presenta el libro 'Contra Estados Unidos. Crónicas desamparadas'

GUADALAJARA, JALISCO (29/NOV/2014).- Para Diego Enrique Osorno, el movimiento de padres y madres de Ayotzinapa está logrando visibilizar a los victimarios; señalar quiénes son los que están cometiendo los asesinatos en México y, en ese sentido, está llegando a la reflexión crítica del país.

Durante una entrevista en la que habló de su libro "Contra Estados Unidos. Crónicas desamparadas" (Almadía, 2014), el periodista dijo que el movimiento para exigir la aparición con vida de los 43 normalistas desaparecidos desde el 26 de septiembre, tiene una comunicación con el Movimiento por la Paz.

"El Movimiento por la Paz irrumpe en el 2011 cuestionando sobre todo un aspecto de lo que se llamaba 'la guerra contra el narco', que era el que todos los muertos eran narcotraficantes o en que algo andaban".

Destacó que el Movimiento por la Paz consolida una visión más humana, más compasiva de los muertos. Y  gracias a él se muestran por primera vez, de manera general y amplia, los rostros de las víctimas.

"Vemos a muchos familiares de las víctimas presentes en el debate nacional y creo que el país tiene, de alguna forma, una postura más humana ante lo que estaba pasando. El Movimiento por la Paz llega al corazón de la gente, del país".

Y agregó:"¿En qué se conecta  (el Movimiento por la Paz) con este movimiento de padres y madres de Ayotzinapa? En que este movimiento está rompiendo con la narrativa predominante en el sentido de que los victimarios siempre eran solamente narcotraficantes. Este movimiento actual está elaborando una consigna que me parece muy sofisticada y muy importante que es 'fue el Estado', y está poniendo a pensar al país sobre las responsabilidades que tiene el Estado frente a esto que hemos vivido en los últimos años".

Mencionó que la guerra contra el narco es el nombre de una larga crisis de violación a los derechos humanos en México, crisis que no comenzó durante el gobierno de Felipe Calderón Hinojosa y que continúa en el administración de Enrique Peña Nieto con casos como los de Tlatlaya e Iguala y que no comenzó con el gobierno de Felipe Calderón Hinojosa.

"Empezó en realidad en el 2006, donde se da una serie de actos represivos en San Salvador Atenco, donde hay más de 200 personas detenidas, dos jóvenes asesinados, 26 mujeres violadas por los policías, en un 2006 donde hay asesinatos de obreros, mineros en huelga en varios puntos del país, en un 2006 donde hay una revuelta en Oaxaca en la que mueren más de 20 opositores del gobierno estatal asesinados por escuadrones de la muerte".

Para realizar el libro, Osorno acompañó a la Caravana por la Paz durante su recorrido por Estados Unidos. En la publicación, además de hacer un perfil del poeta Javier Sicilia, líder del movimiento, reúne las experiencias de las personas que se movilizan con el objetivo de ayudar a detener la violencia.

EL INFORMADOR / GONZALO JÁUREGUI