Domingo, 16 de Junio 2024
Cultura | La política, un tema de interés para La Corregidora

Josefa Ortiz de Domínguez, clave en la conspiración de 1810

Aunque su nombre está presente en los libros de Historia, su aporte a la lucha insurgente va más allá de la anécdota de los taconazos

Por: EL INFORMADOR

Por su participación en la gesta que comenzó en 1810 fue detenida en tres ocasiones. J.LÓPEZ  /

Por su participación en la gesta que comenzó en 1810 fue detenida en tres ocasiones. J.LÓPEZ /

GUADALAJARA, JALISCO (19/SEP/2010).- Josefa Ortiz de Domínguez (1773-1829) es un nombre común para la mayoría de las personas, pero esto no ocurre con su aporte a la causa que detonó la lucha insurgente. En los libros de texto sólo se resalta la anécdota de los taconazos como un momento clave en el movimiento, sin embargo las escritoras Celia del Palacio y Rebeca Orozco señalan que es necesario rescatar el legado de las mujeres de la Independencia, en especial el de La Corregidora.
 
Ortiz Girón eran los apellidos de Josefa, quien desde pequeña estuvo bajo la tutela de su hermana. Era una criolla por lo que accedió a una educación privilegiada en el Colegio de las Vizcaínas. A los 20 años de edad, se casó en secreto con Miguel Domínguez, quien después sería corregidor de Querétaro. De ahí, se le conoce como La Corregidora.

Rebeca Orozco se dedicó en su libro titulado Tres golpes de tacón (Ediciones Martínez Roca, 2009) a desentrañar el mito de Josefa Ortiz de Domínguez.

“Ella fue una mujer que se forjó a sí misma, y ese carácter se ve reflejado en su participación en el inicio de la lucha independentista porque fue huérfana, tuvo 14 hijos, y fue una mujer que simpatizaba con la lucha de 1810”, destaca la escritora.

Para la doctora en Historia por la Universidad Nacional de México (UNAM), Celia del Palacio, lo anterior son los elementos por los cuales se le ha colocado en los libros, ya que era “una matrona con más de una decena de hijos que se quedó en su casa y con su tacón salvó el movimiento”.

Añade que durante su búsqueda por recuperar el papel de las mujeres en el movimiento emancipador encontró que sobre La Corregidora no existen demasiadas publicaciones ni trabajos. Así que en su libro Adictas a la insurgencia le dedicó un apartado a esta mujer, una que desde su posición logró “cambiar la historia”.

Para Celia del Palacio, la Historia tiene una gran deuda con todas las mujeres que participaron en la gesta insurgente y comenta que se conoce muy poco sobre las féminas que impulsaron la causa, así en su reciente entrega cobijada por Punto de Lectura, “recuperé a esas adictas a la insurgencia. De Josefa Ortiz me sorprendió que sólo hubiera una novela histórica publicada sobre ella”.

Apunta que es “necesario recuperar todo esa parte que no se conoce de Doña Josefa, ya que era rebelde y eso no pinta en los libros de texto porque hizo mucho más que los golpes de tacón para salvar el movimiento. Creo que recuperarla como mujer sería muy interesante”.

El aporte de Josefa Ortiz de Domínguez fue clave en la causa, ya que al ser esposa del Corregidor sabía, de primera mano, información importante y era un puente entre los insurgentes en la conspiración. Ella fue quien llevó al Corregidor a la causa y logró dar aviso a Miguel Hidalgo y Costilla, Ignacio Allende y los hermanos Juan e Ignacio Aldama de que el movimiento había sido descubierto.

Rebeca Orozco  se dedicó a darle esa otra voz a La Corregidora comenta que al escribir Tres golpes de tacón “busco quitarle la seriedad al personaje que de por sí lo es. Una mujer cuyas características la hicieron destacar sobre todo porque en el siglo XVIII la mujer era considerada un ser irracional”.
Respecto de lo que arrojó su investigación para realizar el libro, Orozco señala que “casi nadie sabe que la encerraron en tres ocasiones, dos en la Ciudad de México en el Convento de Santa Teresa la Antigua y una más en Querétaro, en Santa Clara”.

Otra cosa que descubrió sobre Josefa es que “ella siempre fue un personaje muy político con un gran su sentido de justicia social, y eso fue lo que traté de plasmar en la novela”.

Al mismo tiempo, considera que “quiero que se le mire en su justa dimensión en la historia. Es un reclamo al lugar de la mujer en la historia, porque no se le da el peso que en realidad tiene”.

Algo que llama la atención a la autora, es que “he tenido ya la oportunidad de platicar con gente que ha leído la novela, en círculos de lectura, y veo cómo a los lectores les inquieta cómo la presento a Josefa como una mujer alegre, bella y libre de pensamiento”.

Y eso no es nada, agrega, pues “por ejemplo no le agradaba el corsé, porque no le gustaba que nada la apresara de ninguna manera”.

Orozco señala que su entrega es una novela histórica, que “combina la ficción con hechos reales”.

Por ejemplo, dice, “en esa etapa, las mujeres no podían estar en la calle, sólo en el hospital o en la iglesia”. Además en ese viaje al pasado, Orozco descubrió que al encontrar a ese personaje se descubrió a sí misma. “No soy tan fuerte como Josefa, ella es más fuerte que yo; era valiente y yo soy valiente para trabajar, pero no para conspirar”.

PERFIL
La mujer

Josefa Ortiz de Domínguez nació el 19 de abril de 1773, en la Ciudad de México. Estudió en el Colegio de las Vizcaínas y egresó en 1791. Dos años después se casó en secreto con Miguel Domínguez, quien fue el corregidor de Querétaro.

Por su participación en la gesta que comenzó en 1810 fue detenida en tres ocasiones, en una de ella estuvo en prisión embarazada. Al consumarse la Independencia, el emperador Agustín de Iturbide nombró a La Corregidora dama de honor de la emperatriz, cargo que rechazó. Tampoco aceptó ninguna recompensa por sus servicios a la insurgencia. Y murió en la Ciudad de México en 1829.

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