Viernes, 03 de Mayo 2024
Cultura | Por Martín Almádez

Itinerario

Por la cultura saharaui

Por: EL INFORMADOR

GUADALAJARA, JALISCO (25/ABR/2011).- ¿Qué mayor derecho debe ser cuidado que no sea el de la libre determinación de los pueblos? ¿Qué mayor grado de cultura política puede haber que no sea el respeto al derecho ajeno? ¿Qué mayor valor podemos buscar los hombres modernos que no sea el uso de las ideas y no el de las armas?
En las últimas semanas ha crecido la defensa mundial de la situación que vive la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) a manos del gobierno marroquí.

Una nación sin Estado que culturalmente se hermana con México por la lengua, y con Jalisco por la cercanía de sus artistas y por la franqueza de su diplomacia.

Son cada vez más los creadores locales que se involucran con la causa saharaui porque un conflicto que pareciera político se torna en inminente amenaza a la cultura de un pueblo, a sus tradiciones y costumbres, a su visión del mundo, a sus anhelos y sueños, a su historia y futuro.

La historia es sencilla y semejante a otras ya conocidas: el único pueblo árabe hispanohablante es dividido por un muro y pese al reconocimiento oficial por más de 80 naciones como República soberana, Marruecos, vecino y verdugo, se aferra a aceptar su independencia. Qué historia nos anexa la postmodernidad: un pueblo africano colonizador de otro pueblo africano.

La razón de Marruecos también parece sencilla: la RASD es el segundo yacimiento de petróleo más grande del mundo. Y entre su sistema de gobierno propositivo se suma una clase política que no cobra un peso por sus servicios; se ajusta un programa de alfabetización que bajo el compromiso de buscar una patria educada y libre arrasa notoriamente con la ignorancia; su población joven y en edad económicamente activa dominan cuatro lenguas y son fuentes de desarrollo científico y cultural al regresar del extranjero después de cursar estudios de licenciatura y posgrado; entre sus políticas educativas, la literatura y la convivencia con los ancianos, es fundamental.

La RASD fue provincia española desde 1957 y 10 años más tarde la Organización de las Naciones Unidas  (ONU) propuso su independencia, pero Argelia, Marruecos y Mauritania se la disputaron, cediendo España el territorio a los dos últimos, contra quienes luchó la RASD para proclamar su primera Constitución, en 1976. Luego, en 1979, Marruecos, por la arbitrariedad de la fuerza se anexa una parte y traza un muro. Desde entonces el pueblo saharaui lucha por su autodeterminación, con un esquema de gobierno cimentado en su más reciente constitución creada en 1999.

La esperanza está puesta en la próxima reunión de la ONU a celebrase en unos días, de la cual se espera –vaya contradicción de la modernidad- una áspera posición de Francia, país que se ha caracterizado por ser vanguardia en la defensa de los derechos humanos, vanguardia que Monsieur Bruni se ha encargado de opacar.

La expectativa por la defensa de la autodeterminación del pueblo saharaui está viva en nuestra ciudad.

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