Festejo sonoro en el Degollado

GUADALAJARA, JALISCO (01/JUN/2012).- Presentaron su prueba más exigente, sólo que esta vez, el público fue el encargado de darles la nota final en una noche de gala sonora. El Departamento de Música de la Universidad de Guadalajara celebraba su 60 aniversario y la Orquesta Filarmónica de Jalisco (OFJ) hacía los honores, presentando a los estudiantes avanzados de la clase, que en armonía, agasajaron los oídos presentes en el Teatro Degollado con una excelsa aventura musical.

Ante un escenario soñado, respaldados por la batuta del maestro Jorge Rivero y los acordes expertos del conjunto sinfónico estatal, siete solistas universitarios probaron su talento en poemas sinfónicos vigorosos, con pasajes y colores brillantes; la potencia y precisión de los jóvenes al ejecutar fueron aplaudidas sin condiciones por un público entusiasta desde la primera, hasta la última nota.

La parte baja del histórico recinto se llenó sin contratiempos, no así las plateas, que a pesar de la insistencia de los asistentes, permanecieron cerradas y dejaron a algunos sin la oportunidad de contemplar el espectáculo orquestal gratuito. Tercera llamada, las luces se apagaban justo a las 20:35. El silencio inundó el lugar y los músicos dispuestos en sus lugares con anticipación para preparar sus instrumentos, recibían la ovación del respetable, que anticipaba un recital de gracia. El director huésped, académico de la UdeG, aparecía en escena y sin perder el tiempo, alzó los brazos, sacudió la batuta y comenzó a sonar Obertura: El Señor Bruschino, de Gioacchino Rossini para iniciar la especial fiesta, interpretación que el público celebró con regocijo.

El primer examen de la noche lo presentaron Nancy Parra y Lidia Parra en Concierto para dos violines Opus 8, de Vivaldi; aprobándolo con una vibración de cuerdas plausible. Le seguiría el Concierto para piano y orquesta en Re mayor que no decepcionaría por su expresividad a su autor, el "padre de la sinfonía", el vienés Haydn. También lució su calidad Samuel Flores que continúo con Concierto para trombón y orquesta del compositor danés Grondahl, y el aria "La mia Letizia infondere" de I Lombardi, de Giuseppe Verdi, asimismo, contagiaría de fascinación.

Los relajantes arpegios y trinos sonoros del piano tomado por Diego Alberto Cobos para interpretar irreprochable Fantasía para piano y orquesta, de Debussy, transportarían al ensueño colectivo, y para la obra culminante de la velada, se contempló la consagración de Isaías Flores como solista en el Concierto para trompeta y orquesta, de Arutunian, que fue aclamado de pie por varias personas del público.

Después de una más de una hora de acordes finos y armoniosos, sin perjuicio de las casi inevitables disonancias de los alumnos, con un director que se mandaba a ellos como si les hablara uno a uno, y al mismo tiempo ejecutaba una perfecta coreografía musical para aplaudir su desempeño al final de cada pieza, la OFJ y el Departamento de Música de la UdeG satisfechos apagaban las velas del pastel, para dar oportunidad a más talentos universitarios, con un repertorio distinto el próximo domingo, a las 12:30 horas, en el mismo escenario.

EL INFORMADOR / JONATHAN COMPTON