Domingo, 09 de Noviembre 2025
Cultura | El tebeo se defiende ''con una mala salud de hierro''

El tebeo español desembarca en Angulema, la catedral del cómic

Hasta el próximo domingo, unos 200 mil visitantes recorrerán las calles empedradas de Angulema, una pequeña ciudad del centro oeste de Francia a orillas del río Charante que cada año se transforma en el templo de la historieta

Por: EFE

Angulema es el festival más importante alrededor del comic, en Europa. EFE  /

Angulema es el festival más importante alrededor del comic, en Europa. EFE /

ANGULEMA, FRANCIA (26/ENE/2012).- La diversidad, la pluralidad y el potencial del tebeo español desembarcó hoy en el Festival Internacional del Cómic de Angulema a través de una retrospectiva que reúne cuatro décadas del trabajo de unos 130 creadores dedicados al noveno arte, que se defiende "con una mala salud de hierro".

"Desde que empecé a trabajar, en los ochenta, siempre se ha oído que el cómic no tenía futuro pero han pasado treinta años y se sigue diciendo lo mismo. El cómic tiene una mala salud de hierro", comentó a Efe Joaquim Aubert Puigarnau, alias Kim, que ganó el Premio Nacional del Cómic en 2010 junto con Antonio Altarriba por "El arte de volar".

Kim (Barceona, 1941) es uno de los autores que arroparon la inauguración de la exposición "Tebeos. El cómic español", que constituye uno de los principales ejes de esta edición del festival más importante de Europa consagrado al noveno arte, que este año cuenta con el Pulitzer Art Spliegelman, padre de "Maus", como presidente del jurado.

Hasta el próximo domingo, unos 200 mil visitantes recorrerán las calles empedradas de Angulema, una pequeña ciudad del centro oeste de Francia a orillas del río Charante que cada año se transforma en el templo de la historieta.

En esta edición de 2012, el festival se ha detenido en el cómic europeo, y en particular en el español y en el sueco, en el trabajo de los dibujantes de Taiwán y en la obra de Spiegelman, que goza de su propia retrospectiva individual en la que se analiza con especial detalle su imprescindible novela gráfica "Maus", en la que describe la experiencia de su padre en el holocausto a través de ratones antropomórficos.

Hordas de niños atiborrados de libros se mezclan con autores, aficionados, curiosos, editores y periodistas en una cita con periodicidad anual y espíritu lúdico que se ha implantado hasta tal punto en el ADN de Angulema que una de sus plazas está presidida por un busto de Hergé, el padre de Tintin.

Por eso, que la catedral del cómic se haya fijado por segunda vez en el trabajo de los autores españoles -tras una primera exhibición hace 23 años- supone una excelente oportunidad para ofrecer "una panorámica lo más amplia posible del tebeo español", explicó el comisario de la muestra, Álvaro Pons.

"Eso implica la actualidad y, para entenderla, su pasado, además de el futuro que va a tener", señaló Pons, quien ha diseñado un espacio "muy visual", con planchas de algunos tebeos tan míticos como "Carpanta" (Escobar) y "El capitán trueno" (Víctor Mora y Ambrós), pero que también se fija en dibujantes contemporáneos, como José Luis Munuora ("Latitzoury") o Paco Roca ("Arrugas").

La exposición, construida a partir de tres ejes temporales, se inicia con una incursión a los albores del género de mediados de los años sesenta, donde destacan artistas como Carlos Giménez ("Paracuellos"), que abrieron brecha cuando en España era más difícil que nunca labrarse un futuro con un lápiz y una hoja de papel.

Entre laberínticos paneles de cartón, la muestra avanza después hacia la madurez del noveno arte, donde la referencia son autores como Miguelanxo Prado, mejor álbum extranjero en Angulema en 1994 por "Trazo de tiza", o Jordi Bernet, creador de "Clara de noche".

La exposición sobre el tebeo español se desliza después hasta las páginas de los creadores más jóvenes, que demuestran que "desde los ochenta hasta ahora no han dejado de salir autores nuevos y ahora estamos en una generación con autores muy productivos", en palabras de Kim.

Pero más allá de los estáticos paneles con páginas enmarcadas, el visitante "puede ver el tebeo y tocarlo" en la "tebeoteca", agregó Pons, quien destacó que la organización, avalada por el Ministerio de Cultura, quería darle "darle mucha importancia (...) al fetichismo del libro" y, a la vez, dedicarle un guiño al "webcómic".

"El mercado español es pequeño (...) y conviene publicar en otros países porque cobramos en función de las ventas", resumió a Efe Max, que se adjudicó en 2007 el primer Premio Nacional del Cómic con "Bardín".

El autor explicó que escaparates como el de Angulema ayudan a los artistas porque por esa localidad pasan "no solo lectores y autores, sino también editores de muchos países que tienen la oportunidad de ver una muestra amplia y de fijarse en lo que les pueda interesar".

Que vivir del cómic no es fácil, no es ningún secreto. "A partir de ahí, todo depende de la ilusión que te haga", sentenció Max.

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