“La verdad, ahorita hay muchos esperando. Y la entrega de las cenizas de su familiar puede tardar hasta nueve días, pero sin contar sábados y domingos. Es una situación inédita por la pandemia”, responde el trabajador de una funeraria ubicada cerca de un hospital tapatío que atiende a los contagiados de COVID-19.Tras un sondeo en más de 15 funerarias privadas en la metrópoli, los empleados coinciden en que los crematorios están saturados. Como mínimo entregan los restos en 72 horas; como máximo, en nueve días. Sin embargo, hay testimonios como el de Alejandra López, quien afirma que el 14 de enero su madre falleció por el nuevo coronavirus y tardaron 10 días en darle las cenizas.José Pérez, quien perdió a su padre, cuenta que en la funeraria que contrató tenían registrados a 52 cadáveres en espera. Una opción para acelerar los servicios es acudir a los Ayuntamientos. Por ejemplo, Guadalajara (al teléfono 33-3837-4400) y Zapopan (33-3818-2200) tienen crematorios en dos de sus panteones, mientras Tlaquepaque (33-1057-6000) cuenta con otro concesionado.Óscar Villalobos, coordinador de Servicios Públicos Municipales en Guadalajara, recuerda que disponen de crematorios en los cementerios Guadalajara y Mezquitán, donde los servicios salen al día. Puntualiza que aumentaron las atenciones, principalmente por el apoyo brindado a las funerarias privadas.Jairo Ortega, director de Cementerios Municipales de Zapopan, agrega que los servicios en sus crematorios no están saturados, pero coincide con el alza en las peticiones.El problema es que los familiares recurren a los servicios privados para contratar los paquetes más completos, por eso la saturación en los crematorios particulares.El “Lineamiento del manejo general y masivo de cadáveres por COVID-19”, publicado por la Secretaría de Salud federal, establece que ante el riesgo de la saturación en los servicios funerarios, se deben realizar las gestiones para requerir un mayor número de espacios para el resguardo y la disposición final de los cuerpos, como cámaras frías, crematorios y espacios para inhumación.Jairo Ortega, director de Cementerios Municipales de Zapopan, explica que en los panteones de Altagracia y Tesistán cuentan con el servicio de crematorio, y otros cinco están concesionados a dos cementerios particulares. Aunque recalca que no están saturados, reconoce que aumentaron las peticiones en comparación con 2020, tanto en cremaciones como en inhumaciones o entierros.“No hay lista de espera, se atienden los servicios que llegan al día y se terminan. Normalmente, si la persona fallece, el familiar hace los trámites y al día siguiente sale el servicio. En lo que va de febrero llevamos 23 servicios por día, en promedio, de cremaciones”.Esta cifra, remarca, duplica las 10 cremaciones que se registraban en diciembre, ya que el 19 de enero tuvieron un pico de 52 cremaciones.También destaca que muchos familiares prefieren enterrar a sus familiares, en lugar de la cremación. Comenta que en enero se realizaron 367 inhumaciones en los siete cementerios municipales, cuando en diciembre la cifra fue de 232.Recuerda que actualmente tienen espacios para entierros en los panteones de Altagracia y Tesistán Nuevo, los cuales pueden ser solicitados.“Cualquier ciudadano puede solicitar siempre y cuando exista la disponibilidad. Si es por el COVID-19, está condonado el pago de los documentos que se requieren en el Registro Civil, como el acta de defunción y otros documentos”.Acerca del protocolo para atención de los servicios, enfatiza que los trabajadores tienen equipo de protección, además de que todas las personas que entran pasan por un filtro sanitario, incluyendo a las carrozas. Y el funcionario agrega que siguen cerrados para visitas al público.“Estamos trabajando de lunes a domingo, de 8 de la mañana a 5 de la tarde. Estamos también conscientes que puede surgir alguna urgencia de un ciudadano o familiar que necesite el servicio, en todos los cementerios”.En la zona metropolitana bajaron los precios en los paquetes funerarios de previsión, ya que según el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC), en abril del año pasado costaban 29 mil 230 pesos en promedio y en diciembre bajaron a 25 mil. También se registró un decremento en el costo del servicio de inhumación con traslados, mientras el servicio económico de inhumación se mantuvo igual. Sin embargo, ciudadanos reportan que en este 2021 son más caros, ante el aumento en los decesos por la pandemia.Gabriela Córdova, por ejemplo, en noviembre pagó un paquete de 22 mil pesos, pero una vecina desembolsó 30 mil pesos por un paquete similar en enero.Paula Correa recibió el aviso de una funeraria de que próximamente subirían los precios en todos los paquetes funerarios, por lo que debía aprovechar los últimos días de ofertas para prevenirse ante cualquier eventualidad.La información enviada advertía que no se sabía cuándo la situación “volvería a la normalidad”, por lo que los ciudadanos debían estar preparados y evitar desembolsar más dinero si llegaban a necesitar el servicio en los próximos meses.En un sondeo realizado a más de 15 funerarias, para la cremación directa por COVID-19; es decir, recoger el cuerpo y entregar las cenizas a los familiares, el precio más barato encontrado fue de 10 mil 800 pesos, aunque tardaban entre ocho y nueve días para entregar los restos y el servicio no incluía velación. Mientras que el más costoso fue de 29 mil pesos por el mismo servicio. Los precios suben hasta 51 mil pesos si se agrega la velación y despido, aunque no todas las funerarias ofrecen este servicio cuando se trata de fallecimientos derivados del nuevo coronavirus.Los lugares que más tardan en entregar los restos se localizan cerca de hospitales que atienden a los pacientes con el virus, principalmente, aunque coincide en que también registran los precios más económicos.Según contó el dueño de uno de estos espacios, quien pidió el anonimato por temor a represalias, para agilizar los procesos tiene que darle 500 pesos a los que trabajan en los crematorios. “Te voy a decir la verdad, pero no digas quién soy porque así me va. Consiste en una ayuda (los 500 pesos) para ellos, porque ves su nómina y no les han aumentado nada en su sueldo y se arriesgan mucho. Así le hacemos todos... y más las funerarias grandes. ¿Cómo le hacen para cremar tantos cuerpos? Eso sí, no te puedo decir en cuáles crematorios pasa”.Por otro lado, una trabajadora afirmó que algunas funerarias pequeñas brindaban servicios sin medidas de seguridad, insinuando que hay descontrol en el manejo de los cuerpos en otros espacios. “Pero aquí tenga la certeza de que el que entra es el que sale, es un proceso de ocho horas y aquí tenemos hornos privados, no como otros”.Se solicitó entrevista con algunas funerarias sobre la saturación en los servicios, pero no se logró concretar la petición.TESTIMONIOPaula Correa relata que su abuela tuvo una cirugía de la que salió muy bien. Pero de forma sospechosa, sus pulmones presentaron dificultades y en pocas horas falleció, por lo que creen que se relacionó con el COVID-19, además de que sus cuidadores resultaron positivos a la prueba.Lo peor llegó al momento de hacer los trámites funerarios. “Es horrible morir en tiempos del COVID-19. Para todo tuvimos que dar dinero”.Aunque contaban con un servicio pagado con una funeraria privada, al momento de requerirlo no había espacio, por lo que los mandaron con otra. “Hicimos fila para dar la indicación de qué propiedad tenemos. No tienen gente que haga el trabajo. Cuando hicimos la lista de la familia directa faltaban dos de mis tías y nos cerraron. Y el chavo me dijo que depende del billete para la cantidad de personas”.Para que dejaran pasar a otro, Paula asegura que tuvo que pagarle 500 pesos al trabajador de la funeraria. “Hasta para la cantidad de coronas de flores. Nos dijeron que como se estaban agotando, la gente se las llevaba, entonces que mejor nosotros lo hiciéramos”.CASO ESPECIALJosé Pérez comenta que en una funeraria privada le entregaban las cenizas de su padre entre tres y cinco días después de que se completara el trámite para que lo llevaran a la cremación.“La fortuna es que uno de mis parientes lleva muchos años trabajando en la fabricación de hornos crematorios, aquí en Jalisco, y además es uno de los que abastecen los insumos para los crematorios locales. Esto estrictamente en el ámbito privado. Él pidió que el cuerpo fuera cremado de manera urgente, y así pudimos tener las cenizas 24 horas después de que había sido velado”.Acentúa que el día que velaron a su padre había, por lo menos, 52 cadáveres en espera para la cremación, mientras el proceso toma alrededor de cinco horas en promedio. “Al igual que mi caso, personas piden que la cremación se acelere”.Explica que tenían la opción de sepultar a su papá, pero su familia se decidió por la cremación. El servicio tuvo un costo de alrededor de 20 mil pesos.“Aunque está restringido el acceso por el tema de la pandemia, corrimos con la fortuna de que en la casa funeraria laboran otros familiares. Y logramos tener unas horas y mejores precios”.Sigue #DebateInformador¿Qué opina de los costos por servicios funerarios ante la pandemia?Participa en Twitter en el debate del día @informador