Viernes, 26 de Abril 2024
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Jalisco

Adultos mayores padecen abusos y despidos en plena pandemia

En lo que va de la contingencia sanitaria, la Secretaría del Trabajo ha recibido 524 denuncias de personas de la tercera edad que fueron obligadas a seguir asistiendo a sus trabajos o despedidas de manera injustificada 

El Informador

Entre abril y junio, la Secretaría del Trabajo en Jalisco reporta 524 denuncias de personas de la tercera edad que fueron obligadas a continuar en sus trabajos o despedidas injustificadamente.

Los patrones desacataron el decreto emitido por el Gobierno federal, en el que se ordena que las embarazadas, las personas enfermas y los adultos mayores deben permanecer en casa durante la emergencia sanitaria. En el caso de los trabajadores, deben recibir puntualmente sus salarios y prestaciones.

Eduardo tiene 61 años y es parte de los que siguen activos. Teme denunciar a su jefe y quedarse sin empleo (labora en la venta de plásticos).

Este sector de la población es el que más padece la pandemia de COVID-19. Los que no laboran y reciben subsidios federales se han visto afectados por el cierre de oficinas. Por ejemplo, Alfredo es beneficiario de la pensión de dos mil 670 pesos que entrega la Secretaría del Bienestar, pero su tarjeta venció en abril y nadie le responde.

Sebastiana, por su parte, es vendedora de ropa en el tianguis de Lomas del Paraíso y dejó de asistir por ser riesgoso para su salud. Hoy está desesperada por la falta de ingresos.

Suman 524 denuncias

En lo que va de la contingencia sanitaria, la Secretaría del Trabajo registró 524 denuncias de personas de la tercera edad que fueron obligadas a continuar asistiendo a sus trabajos, pese a que pertenecen al grupo más vulnerable ante el COVID-19. También porque fueron despedidas, finiquitadas o jubiladas de manera injustificada. 

Según la Secretaría, del 7 de abril al 9 de junio, la Procuraduría del Trabajo realizó 425 asesorías a personas mayores de 60 años, que recibieron de manera injustificada un despido, un finiquito o una jubilación menor a lo que establecían sus derechos. 

También reporta que la Coordinación de Conciliadores acumula 28 denuncias por el mismo concepto y, en el caso de inspección, ya atendió 71 casos en los que las personas de la tercera edad denuncian que las obligaron a trabajar durante la contingencia sanitaria, cuando está prohibido por decreto presidencial.

Sin embargo, en Jalisco también existen casos de quienes por miedo a las represalias no han denunciado los abusos. En esta situación se encuentra Eduardo, de 61 años. Trabaja en la distribución y venta de plásticos, en un local al Oriente de Guadalajara, donde empaca, vigila y cuenta la mercancía. 

Desde mediados de marzo, tras el anuncio de los primeros contagios en la Entidad y el cierre de locales, por medio de un mensaje en el celular le dijeron “que las operaciones seguían igual y que sólo debíamos usar gel antibacterial… y si estábamos enfermos, no acudir al trabajo”. 

Su sorpresa fue que “nunca me mandaron a casa, cuando soy una persona de la tercera edad y tengo que tomar el camión para ir al trabajo. Les pregunté y me contestaron que si estaba viendo la situación, que aprovechara mi trabajo…  que si me cuidaba, no me pasaría nada”. 

Eduardo tuvo miedo, pero “seguí porque comes y trabajas… o no trabajas y no comes”. En un principio “me hice los ánimos de trabajar con todos los cuidados y veía lo que decían en las noticias, pero mis compañeros no se lavaban las manos, todos los productos había que estarlos desinfectando uno por uno… y luego desde que nos pidieron usar el cubrebocas muchos se lo bajan porque les da calor. Imagínese el coraje que me da  verlos así, ellos están jóvenes, pero uno ya está más allá y no podemos darnos esos lujos”.

Eduardo refiere que ha pensado en presentar una denuncia ante la Junta de Conciliación y Arbitraje, pero “como soy de la tercera edad, ya me da miedo. Si pierdo el trabajo será muy difícil encontrar otro”.

La oficina de la Secretaría de Bienestar en Jalisco, ubicada en Palacio Federal en Guadalajara, cerró sus puertas desde marzo. EL INFORMADOR/F. Atilano

Se quedan sin “bienestar” tras cierre de oficinas por pandemia

En un letrero se puede leer: marque al 800-639-4264. Alfredo lo apunta y le dice al policía: “Ya llamé, pero no me atienden. Sólo dicen que le darán seguimiento a mi solicitud”. 

Alfredo se refiere al apoyo social de dos mil 670 pesos que la Secretaría del Bienestar le otorga de manera bimestral por ser una persona mayor de 68 años. Comenta que el apoyo de enero-febrero y marzo-abril sí le llegó, pero su beneficio se vio mermado porque su tarjeta venció en abril pasado.  “Entonces tengo desde abril intentando renovarla, pero me encuentro que las oficinas están cerradas y me piden que me comunique al teléfono, pero tardan en contestar y, cuando lo hacen, sólo me dicen que en cuanto abran solucionan el problema, que a lo mejor en junio atenderán mi caso… que no se puede hacer más”.

La oficina de la Secretaría de Bienestar en Jalisco, ubicada en Palacio Federal en Guadalajara, cerró sus puertas desde marzo. La dependencia reconoce que en el Estado existen 45 mil 626 beneficiarios que reciben su apoyo a través de mesas de atención y que otros 62 mil 322 son beneficiarios a través de la ventanilla de Telecomm, pero no refieren cuántos (como Alfredo) reciben el apoyo por transferencia bancaria. 

Alfredo se muestra triste y preocupado. No recibió el apoyo de mayo y junio. Y ahora teme perder el apoyo porque sirve para los alimentos de él y su esposa, que padece cáncer de mama. Además, el dinero le permite recibir atención médica, pues tiene una herida en el pie derecho desde hace más de tres años, por lo que debe recibir atención en el Antiguo Hospital Civil. “No recibo el apoyo y nadie me quiere dar trabajo... me regañan porque estoy grande y sigo saliendo para saber si puedo acceder a algo. La estamos pasando difícil”. 

Este medio buscó una reacción de la Secretaría del Bienestar  y respondió que los afectados deben asistir al banco por una reposición de la tarjera; sin embargo, Alfredo ya fue y le contestaron que el cambio lo realiza el Gobierno federal. Sigue sin una respuesta.

LOS APOYOS

  • Para recibir atención psicológica de manera gratuita marque al 075.
  • Para solicitar una despensa marque al call center del DIF Jalisco: 33-3030-4636 o 33-3030-4637, en horario de lunes a viernes de 9:00 a 18:00 horas. Y los sábados y domingos de 9:00 a 14:00 horas. Si reside en Guadalajara puede marcar al 3848-5048.
  • para obtener atención médica para identificar síntomas o solicitar una prueba puede marcar a la línea de atención de la Secretaría de Salud: 33-2833-8220. También a la línea de atención de la Universidad de Guadalajara: 33-3540-3001.
  • En caso de emergencia y solicitar una ambulancia, marque al 911.
Falta de apoyos del Gobierno, abusos en el trabajo, informalidad y alto riesgo de enfermarse, son los problemas que enfrentan los adultos mayores. ESPECIAL

Afecta el cierre de tianguis

La señora Sebastiana, mejor conocida como “Tana”, es vendedora desde hace 20 años de ropa y de artículos del hogar en el tianguis de Lomas del Paraíso y en el corredor de la Calle 38, ambos en Guadalajara. 

A partir del 12 de marzo dejó de asistir porque su familia se lo prohibió como medida frente al COVID-19. Sin embargo, asistió el pasado fin de semana para vender algo, “porque de eso pago la comida y, por más que estiro el dinero, no rinde”. 

Aunque no existe una cifra de cuántos tianguistas en la Zona Metropolitana de Guadalajara pertenecen a la tercera edad, Ignacio Román Morales, académico de la ITESO, explica que los corredores como los tianguis son espacios en donde las personas de la tercera edad suelen encontrar una oportunidad para generar un ingreso

En la metrópoli hay 248 tianguis. Del total, 165 corresponden a Guadalajara, 65 están en Tlajomulco, 14 se ubican en Zapopan y cuatro más en Tonalá.

En el caso de “Tana”, el ingreso obtenido puede variar entre los 100 y 300 pesos por día. Además de su labor como vendedora, también es beneficiaria del apoyo económico de Bienestar, pero debido a que no puede asistir al trabajo, utilizó su estímulo económico del programa para sobrellevar la contingencia. 

Por lo pronto, ya se gastó el apoyo que corresponde a mayo y junio. “Ya tengo en puerta el pago de los recibos de los servicios y estoy esperando que llegue julio”. 

Ahora se encuentra en el dilema de seguir vendiendo para obtener dinero o evitar asistir a lugares concurridos para disminuir sus posibilidades de contraer el coronavirus. “Yo veo que mis compañeras están en las mismas condiciones, no han faltado ningún día y siguen vendiendo… con cubrebocas. No podemos dejar de ir, es la necesidad de todos”. 

En lo que va de la contingencia, el municipio de Guadalajara ya cerró nueve tianguis porque en las zonas existe un grado alto de presencia del COVID-19. 

“Tana” relata que durante la contingencia no ha obtenido apoyo en especie o en  efectivo. “El número para recibir despensas por parte de Guadalajara está saturado; lo mismo en el DIF Jalisco”. 

Según el  Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), el ingreso que presenta “Tana” y las capacidades de compra,  la colocan en una pobreza moderada, en la cual se encuentra 40% de los mexicanos.

La mayoría trabaja sin seguridad social

De cada 10 personas de la tercera edad que trabajan, sólo tres lo hacen en la formalidad, mientras que siete lo hacen desde la informalidad en Jalisco,  sin seguridad social ni prestaciones, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).  

Ignacio Román Morales, académico del ITESO, explica que la situación de la informalidad en las personas mayores se debe a que “suelen tener un panorama difícil, tienen una escolaridad baja comparada con la que actualmente tienen los jóvenes, entonces la demanda laboral no los solicita y, al saber que no encontrarán un empleo, buscan hacer labores que les permitan comer aunque no sea de su agrado”. 

Usualmente laboran como vendedores en tianguis, tiendas de abarrotes, afanadores en estaciones de transporte o escuelas, veladores, vigilantes de estacionamientos, vendedores de dulces, nieves, frituras o cualquier otro producto. Otras de las opciones más comunes para su sustento es la renta de habitaciones en su hogar y la oferta de servicios que realizaban como profesionistas por una módica cantidad. 

Para el académico, la situación “es bastante explícita porque no tienen seguridad social, no cuentan con una red de apoyo que los mantenga y, como tienen una prevalencia mayor a las enfermedades crónico degenerativas con un costo alto, entonces tienen que buscar una forma de obtener dinero y salir  las calles”. 

En los últimos 10 años, el tipo de ingreso que más se ve en los mexicanos es el de uno a dos salarios mínimos por día, lo que equivale ganar entre tres mil 500 y siete mil pesos, por lo que “la posibilidad de que sus hijos o familiares los mantengan es mínima”.

GUÍA

Los más vulnerables

• Seis de cada 10 muertes por COVID-19 en la Entidad son personas mayores de los 60 años.

• Vida Ruiz, integrante de la Sala Situacional de la Universidad de Guadalajara, explica que “las personas de la tercera edad tienen mayor probabilidad de contraer de manera severa la enfermedad o morir a causa del COVID-19”. Comenta que se debe a la inmunodeficiencia: “Con el paso gradual de la edad se dejan de producir en la misma cantidad las células de defensa… y las que se producen tienen menos capacidad de defensa”.

• Una de las situaciones más comunes que se han suscitado en los Hospitales Civiles es que “llegan con todo el cuadro clínico de COVID-19, pero dicen que no tienen eso y que no quieren hacerse la prueba”.

• Otra situación es que los pacientes lleguen con síntomas que trataron de atender automedicándose.

“No todos presentan la misma dificultad ni los mismos síntomas. El 11% de los casos no presenta fiebre, por eso es importante descartar el contagio a través de la prueba PCR o la prueba rápida”.

• Otro de los síntomas es que si el paciente presenta 37.5 grados y es una persona de la tercera edad, lo recomendable es acudir con el médico. También si el paciente en lugar de la fiebre presenta hipotermia (menos de 35 grados). Deben acudir de emergencia al hospital”.

Seis de cada 10 muertes por COVID-19 en la Entidad son personas mayores de los 60 años. AFP/M. Recinos

Los síntomas

Enfermedad. El periodo de incubación del nuevo coronavirus puede ser de entre dos y 15 días.

Tiempo. La sintomatología puede durar un aproximado de 15 días, con fiebre, tos seca y cansancio, que pueden ir acompañados de dolor de garganta, diarrea, ardor de ojos, dolor de cabeza, erupciones cutáneas y pérdida del sentido del olfato o del gusto.

Efecto. Los medicamentos recetados sólo sirven para disminuir los síntomas, pero no existe cura o vacuna.

Crecimiento exponencial

En Jalisco, el crecimiento de casos por COVID-19 ya no es lineal ni lento, sino exponencial. Así lo confirmó Hugo López-Gatell, subsecretario de Promoción y Prevención de la Secretaría de Salud Federal.

  • El aumento de contagios en la Entidad registra un 201% de aceleración en la incidencia por cada 100 mil habitantes. Por eso ocupa el segundo lugar del país con mayor crecimiento acelerado.
  • La Secretaría de Salud estima que el punto máximo de casos y la máxima ocupación de terapia intensiva será el 27 de junio.

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