Durante la historia de la humanidad, en muchas sociedades la perspectiva de casarse solía ser vista como uno de los principales objetivos de vida para las mujeres, visión que estaba arraigada en normas culturales, tradiciones y expectativas de género que limitaban las opciones y roles de las mujeres en la sociedad. A menudo, se les enseñaba que su valía estaba ligada a su capacidad para casarse, tener hijos y cuidar del hogar y la familia, en estas sociedades, las mujeres tenían menos acceso a la educación y oportunidades profesionales, y se esperaba que se conformaran con roles domésticos y maternos. Con el paso del tiempo, las mismas mujeres han conseguido que sus derechos sean respetados y que las oportunidades sean iguales que las de los hombres, incluso en el tema de casarse y formar una familia parece haber cambiado, pues un estudio revela que las mujeres que no están casadas son más felices que las que sí lo están, así lo informó Paul Dolan, un experto en ciencias del comportamiento humano y profesor en la London School of Economic.En el año del 2019, Paul Dolan llevó a cabo una conferencia en Hay Festival en Gales, Reino Unido, donde también presentó su libro Happy Ever After: Escaping The Myth of The Perfect Life (Felices para siempre: escapando del mito de la vida perfecta), además de también tocar el tema sobre el concepto de familia en la sociedad."Las personas casadas son más felices que otros subgrupos de la población, pero solo cuando su cónyuge está en la habitación. Cuando se les pregunta qué tan felices son, cuando el cónyuge no está presente, la respuesta es: maldito miserable Tenemos algunos datos longitudinales buenos que siguen a las mismas personas a lo largo del tiempo, pero voy a hacer un gran daño a esa ciencia y solo decir: si eres un hombre, probablemente deberías casarte; Si eres mujer, no te molestes", dijo el experto. Decidió realizar un estudio para revisar los niveles de placer y miseria, esto entre personas casadas, solteras, viudas y separadas. Como resultado se encontró que los niveles de felicidad eran superiores en las personas casadas a las no casadas, esto siempre y cuando la pareja lo estuviera acompañando en la habitación, mientras que los solteros presentaron niveles de más bajos de incertidumbre.También se descubrió que la ventaja financiera y de bienestar de estar casado tanto para hombres como para mujeres se debe en gran medida a los mayores ingresos y el respaldo emocional que les brinda, lo que les capacita para asumir riesgos y acceder a atención médica.MF