Viernes, 26 de Abril 2024

Empatía, la clave para mejorar la convivencia

El confinamiento en el hogar pueden generar situaciones emocionales complicadas si no existe la apertura al diálogo, solidaridad y tolerancia

Por: El Informador

La contingencia lleva a quienes comparten el mismo techo a establecer nuevas formas de convivencia. ESPECIAL

La contingencia lleva a quienes comparten el mismo techo a establecer nuevas formas de convivencia. ESPECIAL

La prioridad de estar en casa ante la contingencia sanitaria por el COVID-19 ha establecido nuevas dinámicas de convivencia en el ámbito familiar, social y laboral, cambios que pueden ser aprovechados para reforzar la empatía, solución de problemas y toma de decisiones que beneficien en lo personal y lo comunitario.

La maestra Jimena Casillas Castañeda, especialista en bioética y profesora-investigadora del departamento de Humanidades de la Universidad Panamericana Campus Guadalajara, señala que ante la suspensión de actividades cotidianas fuera de casa y tener mayor presencia y convivencia en el hogar, pueden generar situaciones emocionales complicadas si no existe la apertura al diálogo, solidaridad y tolerancia ante las angustia, tristeza o incertidumbre personales y de nuestros familiares y compañeros de trabajo.

“La sana convivencia dentro de casa ha sido todo un reto. Regresamos a casa y encontramos nuevas reglas, formas de vida y de nuestros hábitos. Cuando trabajamos y salimos tenemos actividades que nos implican cierto tipo de conductas, y ahora con el cambio hay que ajustar esos hábitos para desarrollar nuevas conductas. Es lo que conocemos vulgarmente como evolución, que es la adaptación, no tanto que mejore, sino que tengas la capacidad de adaptarte a nuevos entornos y ecosistemas”.

La experta hace hincapié en la necesidad de conocerse a uno mismo y las posibilidades que se tienen para sobrellevar el aislamiento y sus consecuencias directas o paralelas cuando la situación laboral, económica y hasta de rutina cambian en lo personal y cómo también la están experimentando las personas con las que tenemos que establecer comunicación afectiva o laboral.

“Muchos usan el trabajo como una fuga del hogar para evitar ciertas responsabilidades, ahora tiene que ver con tratarse y convivir con uno mismo, desarrollar esta personalidad para conocerse. Descubres áreas de ti que no sabías, porque siempre estás en el ir y venir de actividades y puedes culpar a alguien más, pero ahora quien provoca todas esas cuestiones eres tú, y eso es difícil al asumir la responsabilidad de ciertos actos”.

Tolerancia hacia el prójimo

Al desarrollar el ejercicio de conocerse a uno mismo e identificar cómo se reacciona ante determinadas circunstancias de presión o cambio, la profesora Jimena Casillas explica que esto puede ayudar a ser más comprensibles y empáticos con las emociones de los demás, por lo que habrá que utilizar herramientas adecuadas de comunicación para evitar mal entendidos e interpretaciones erróneas, y principalmente ponerse en los zapatos ajenos y conocer cómo la otra persona con la que tenemos conflicto está sobrellevando, en este caso el aislamiento, y si tiene menos posibilidades de acción.

“Hay que entender que los sentimientos que tengo son míos; cuando hablamos de la inteligencia emocional hay que saber que las emociones hablan más de mí que de las otras personas. Si estoy enojado veré a los demás así, igual si estás triste, y lo vas a expresar de esa manera”. La profesora detalla que dinámicas como el confinamiento y la comunicación a distancia a través de textos, mensajes de audio, correos electrónicos o videollamadas, están manifestando la necesidad y prioridad del mejor manejo del lenguaje y hasta de la ortografía, y ser más puntuales y respetuosos en cómo se están tomando decisiones, cómo se expresan, cómo impactan en otra persona y si son justas en el equipo de trabajo.

“Hay que reconocer cómo nos sentimos cada día, saber qué es lo que nos pasa. Si hay un problema y lo tenemos identificado hay que ver si podemos hacer algo para cambiarlo, entonces no hay que preocuparnos. Si no puedes hacer nada para resolverlo, tampoco te preocupes, porque el problema que tenemos es que la preocupación, la angustia y la fragilidad que sentimos no están generando emociones que probablemente no habíamos experimentado”.

Recomendaciones

  • Identificar las emociones que se presentan cada día y las causas de éstas.
  • Establecer horarios o rutinas dentro del hogar para las actividades personales, laborales y de convivencia.
  • Ser empático, comprensible y flexible con familiares y compañeros de trabajo que estén viviendo situaciones de angustia, preocupación y afectaciones laborales y económicas.
  • Procurar el diálogo para la solución de problemas que pueden tener distintas alternativas.
  • Buscar mediadores en la toma de decisiones que ayuden a ver el panorama y alternativas desde lo neutral, equilibrado y justo.
  • Realizar o alternar actividades lúdicas y educativas que impulsen la creatividad y relajamiento emocional.
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  • Familia. La contingencia lleva a quienes comparten el mismo techo a establecer nuevas formas de convivencia. 

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