El Consejo Estatal para la Cultura y las Artes de Jalisco (CECA) -organismo público desconcentrado de la Secretaría de Cultura-atraviesa una de las crisis más profundas desde su creación. Con la eliminación del presupuesto destinado a becas -que llegó a ser de dos millones 800 mil pesos y ahora es de cero pesos - una drástica reducción en sus recursos operativos, la exclusión del diálogo institucional y la amenaza de ser desmantelado por una nueva propuesta de ley, este órgano -conformado por artistas para apoyar a otros artistas- enfrenta lo que sus integrantes consideran un intento sistemático de desaparición.“Desde el consejo creemos que sistemáticamente se está tratando de eliminar al CECA”, advierte Natalia Armienta Oikawa, presidenta del consejo, en entrevista con EL INFORMADOR. El desmantelamiento no sólo ha sido presupuestal, sino también simbólico, operativo y legal.Durante años, el CECA ha sido una plataforma clave para el impulso de nuevos talentos. Desde su creación, ha respaldado más de 800 proyectos culturales en disciplinas que van desde la música hasta la investigación en artes. La beca que ofrecía -única en su tipo- era otorgada por jurados expertos en cada disciplina, seleccionados entre la comunidad artística. Era también la única en Jalisco que permitía apoyar investigaciones artísticas en 11 diferentes disciplinas, y una de las pocas en todo el país que evaluaba y traducía sus convocatorias a lenguas originarias como el wixárika y el náhuatl.“Es semillero de muchos talentos que hoy tienen reconocimiento internacional”, señala Armienta. En 2023, aún con recursos limitados, el CECA logró realizar una convocatoria transparente y ajustada a las realidades culturales del Estado. Entre las novedades, destaca que los proyectos indígenas fueron evaluados por personas de sus propias comunidades, con cosmovisiones afines. También se eliminó la producción cinematográfica como categoría, para priorizar carpetas y guiones, en alianza con Canacine, en busca de mayor continuidad para los proyectos.Sin embargo, tras ese esfuerzo, el fondo estatal -la partida 449 de donde legalmente debía salir el dinero para las becas- fue eliminado. “Pedimos el presupuesto. Nos dijeron que sí, luego nos lo quitaron”, relata la consejera.El recorte no sólo afectó a las becas. El presupuesto operativo del CECA, que llegó a ser de 300 mil pesos anuales, fue reducido a apenas 54 mil pesos para 2025. Con esa cantidad, el consejo debe cubrir gastos que van desde la papelería hasta los traslados a municipios. “Con esos 54 mil pesos tengo que operar todo un organismo estatal”, afirma Armienta.“Eso incluye papel de baño, gasolina, traslados, viáticos, insumos, lo mínimo para hacer talleres, visitas, investigaciones”, agrega.La consejera recuerda que el CECA solía organizar talleres, exposiciones, donación de libros a comunidades alejadas, actividades en municipios y encuentros con artistas locales. Hoy, muchas de esas actividades han sido canceladas o están en pausa por falta de recursos.Además del desmantelamiento presupuestal, el CECA ha denunciado una falta de comunicación institucional por parte de la Secretaría de Cultura de Jalisco. Ni la administración anterior ni la actual han facilitado la interlocución con el consejo. “No nos dieron cita para presentarnos con el nuevo secretario de Cultura de Jalisco (Gerardo Ascencio), ni acudió a la primera sesión ordinaria, a pesar de que desde la presidencia se envió un oficio recordando que antes los directivos de la secretaría presentaban su plan de trabajo ante el consejo”, comenta Armienta.Esa falta de diálogo ha derivado en decisiones unilaterales. Un ejemplo es la reciente inauguración de una estatua en el malecón de Tonalá, que el CECA había recomendado no realizar por falta de estudios estructurales, de impacto ambiental y de mantenimiento. “En vez de replantear el proyecto, simplemente se saltaron nuestras recomendaciones”, lamenta la consejera.Esta casa editorial buscó a Gerardo Ascencio Rubio, secretario de Cultura de Jalisco, para conocer su postura ante los señalamientos del CECA; petición que recibió como respuesta: “Acerca del tema, la dependencia no emitirá ningún comentario”.LEY DE FOMENTODesde hace un año, el CECA trabaja en la revisión de la Ley de Fomento a la Cultura con el objetivo de adaptarla a los contextos contemporáneos y fomentar una mayor descentralización. El esfuerzo ha incluido mesas públicas con el ITESO, la Universidad Panamericana y otros organismos.La iniciativa surgió en respuesta a una propuesta presentada en la administración anterior, elaborada en conjunto con el British Council -sin claridad sobre su pertinencia- durante la pandemia. Dicha propuesta eliminaba al CECA tal como se conoce: desaparecía la figura del presidente, los consejeros especializados y los mecanismos de representación. En su lugar, planteaba dejar la dirección del órgano en manos de un secretario técnico designado directamente por el titular de la Secretaría de Cultura.“La diputada Claudia Salas leyó esa propuesta y se dio cuenta que estaban borrando al CECA para dejar sólo a tres personas del área de entretenimiento, sin conocimiento de las disciplinas artísticas. Era una centralización total y una reducción del arte a espectáculo”, explica Armienta.La exclusión del CECA también ha alcanzado espacios mediáticos. Recientemente, el programa de radio del consejo fue retirado de la programación del Sistema Jalisciense de Radio y Televisión bajo el argumento de “falta de interés”. Sin embargo, según la presidenta, fue el propio consejo quien diseñó y ejecutó el programa sin fallas hasta diciembre pasado.“Tenemos los correos que prueban que cumplimos con todo lo requerido. Nos dieron largas diciendo que no había programación lista, y luego nos notificaron, un día antes de salir de vacaciones, que el programa ya no continuaría”, detalla.
