En enero es otro escenario, la batalla por el título inicia de cero. En la Liga Mexicana del Pacífico no hay memoria larga ni puntos acumulados que valgan. Todo lo que ocurrió de octubre a diciembre sirve apenas como contexto; en enero, la postemporada borra pizarras, reinicia cuentas y expone verdades. Ahí llegan los Charros de Jalisco, campeones defensores, sin la comodidad del primer plano, pero con la experiencia suficiente para saber que los títulos no se presumen: se defienden.La serie está definida. Charros abre playoffs frente a las Águilas de Mexicali, un rival incómodo, con casa dura, afición intensa y una de las plazas más complejas del circuito. No hay localía para Jalisco: al terminar por debajo en el standing, ni abre ni cierra en casa. Eso coloca el reto desde el primer lanzamiento.Y no es menor el escenario. Mexicali en enero es frío, áspero, con noches que castigan brazos, bates y concentración. El Nido de los Águilas no perdona distracciones y su gente juega su propio partido desde las gradas. Si los Charros no entran rápido en ritmo, la serie puede torcerse pronto. Si lo hacen, el golpe anímico puede ser enorme.La campaña regular de los Charros fue de altibajos evidentes. No fue un equipo lineal, ni dominador constante, ni exento de dudas. Hubo rachas buenas, otras no tanto, ajustes sobre la marcha y momentos donde el equipo pareció buscarse a sí mismo. Pero eso, en enero, no necesariamente es una desventaja.En postemporada todo inicia de cero. Y ahí Jalisco tiene algo que muchos otros no: memoria reciente de campeonato. Este roster, con sus matices, ya sabe lo que implica jugar series largas, manejar presión, administrar errores y sobrevivir a noches malas. Eso no garantiza nada, pero pesa.Si algo define los playoffs en la LMP es el pitcheo. Las ofensivas se ajustan, las carreras escasean y cada error se magnifica. Para Charros, la serie contra Mexicali pasa primero por la rotación abridora: brazos que mantengan el juego cerrado y permitan al equipo competir hasta las últimas entradas.El bullpen será igual de determinante. En plazas como Mexicali, los relevos no solo lanzan: administran el silencio, la presión ambiental y los momentos clave. Un mal relevo temprano puede incendiar una serie; uno sólido puede enfriar un estadio entero.Ofensivamente, Jalisco no necesita festival de carreras. Necesita oportunidad: el hit con gente en base, el fly de sacrificio, el error provocado. Enero no se gana con estadísticas bonitas, sino con ejecuciones puntuales.Y en medio de todo está Benjamín Gil. Polémico, intenso, frontal. Un manager que no pasa desapercibido y que entiende como pocos la lógica del béisbol de postemporada. Enero es también un torneo de decisiones: cuándo apretar el bullpen, cuándo dejar al abridor, cuándo jugar pequeño y cuándo soltar a los bates.Gil sabe que no hay margen para experimentar. Esta serie exige lectura fina del rival, manejo quirúrgico del pitcheo y control emocional del dugout. La experiencia está ahí; ahora viene la ejecución.Mexicali no llega como invitado. Es un equipo que se crece en casa, que juega bien los partidos cerrados y que sabe aprovechar el error ajeno. No necesita dominar para ganar; le basta incomodar, presionar y capitalizar. Justo el tipo de rival que no permite distracciones.Para Charros, el objetivo inicial es claro: salir vivos de Mexicali. Ganar uno —o mejor aún, dos— cambia por completo la narrativa. Perderlos todos complica todo. Así de simple.El reto de los albiazules es salir a jugarse el todo por el todo y no solo pensar que repetir discursos y colgarse del título pasado les dará el éxito. El reto es demostrar que sabe jugar sin red, sin localía, en clima hostil y ante un rival que no concede nada. Si supera esta primera prueba, el panorama se abre. Si no, el campeonato quedará como recuerdo, no como plataforma.Porque enero no premia trayectorias: premia respuestas.Y la pregunta ya está sobre la mesa, clara y sin rodeos: ¿pueden los Charros, desde abajo, en frío y contra todo, volver a encender octubre… jugando en enero?La respuesta empieza ahora, en Mexicali, cuando caiga el primer lanzamiento y se confirme —una vez más— que en la LMP, la verdadera batalla por la gloria apenas comienza.@salvadorcosio1bambinazos61@gmail.com