Viernes, 19 de Abril 2024

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Un tren cargado de irregularidades

Por: Rubén Martín

Un tren cargado de irregularidades

Un tren cargado de irregularidades

Parece que los tapatíos cargamos con la maldición de los trenes ligeros y de padecer un sistema de transporte público ineficiente y de mala calidad. La Línea 3 del tren ligero no sólo no se inauguró, como se había prometido en este 2018, sino que es posible que ni siquiera puedan verse los tres circulando con pasajeros en el año 2019, dada la cantidad de irregularidades que se han denunciado y las que están por surgir en este megaproyecto de transporte público.

Históricamente los tapatíos hemos padecido un monopolio privado en el servicio del transporte público (con muchos actores públicos detrás), ya sea en el llamado pulpo camionero, o ahora en las alianzas y grupos de empresarios transportistas.

Las salidas que desde el gobierno se han propuesto han sido un fracaso como el Sistecozome o la estatización de Servicios y Transportes. Y la propuesta de un transporte masivo como los trolebuses, Macrobús o líneas de Tren Ligero no han funcionado mejor.

Lo que ahora es la Línea 1 se construyó inicialmente como un túnel para el uso de trolebuses, por lo que tuvo que adecuarse para el uso de vagones de tren ligero.

La construcción de la Línea 2 fue un monumento de corrupción y de irregularidades. Para empezar, tuvo un sobreprecio de 73 por ciento, pues se dijo que tendría un costo de 291 millones de dólares (mdd) y terminó costando 505 mdd (Alejandra Xanic y Rubén Martín, Siglo 21, 27 noviembre 1996). Las autoridades intentaron justificar el sobreprecio por razones de alza en materiales o inconvenientes en el proceso de construcción, pero jamás fueron capaces de despejar la duda sobre pagos de contratistas a las autoridades que decidieron sobre la obra. Pero el sobreprecio no fue el único inconveniente en la construcción de la Línea 2. El gobierno compró un tren ligero con varias irregularidades: desde las fallas en los relojes sincronizadores, el laboratorio de prueba, el sistema de telecomunicaciones, hasta  la grúa de patio talleres.

Todo indica que algo semejante, o más grave aún, está ocurriendo en el proceso de construcción y puesta en operación de la Línea 3. Lo que sabemos es que una obra que costará mucho más de lo presupuesto inicialmente se dijo que costaría más de 17,000 millones de pesos (mdp), y hasta ahora ya ha rebasado los 29,000  (mdp), (Omar García, Señal Informativa, 16 octubre 2018).

A esto hay que sumar por lo menos tres mil  mdp más para terminar las obras y arreglos pendientes en esta megaproyecto, según anunció el gobernador Enrique Alfaro Ramírez. Además de la falla denunciada en los neoprenos, es previsible que conforme se siga revisando la obra sean detectadas otras irregularidades. Además del presupuesto federal insuficiente (se asignaron mil mdp, y Alfaro sostiene que se requieren más de tres mil mdp), es notorio que se ha dejado de trabajar en varios puntos pendientes de la obra, como el tramo de avenida Revolución entre Aranzazú y la Calzada Independencia o la estación Plaza de la Bandera, entre otras.

De tal modo que en lugar de disfrutar un cómodo servicio de tren ligero, los tapatíos cargaremos de nuevo en el siguiente año con la maldición de una obra inconclusa. En lugar de un tren ligero, la incompetencia, negligencia o posible colusión de las autoridades están entregando un tren nada ligero, sino cargado de irregularidades.
 

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