La reciente celebración del “Día del Padre” me impulsa a dejar de lado la reflexión que quería enviarte hoy, porque al recordar las lágrimas de mi amiguita Elsa, al sentir que no tiene a quien festejar, quiero dedicar esta pequeña reflexión a todas aquellas personas, que por un motivo o por otro, no tienen cerca a su padre para decirle Felicidades.No entraremos en detalles que pudieran ser causa de la ausencia o la carencia de un papá presente.Quiero decirles tan sólo lo que dije a Elsa: “Cuando no tienes a nadie, cuando te sientes en soledad u olvido, acuérdate de Dios, ÉL es tu amigo, y más aún Él, que creo cielos y tierra y que reina en todo el Universo, Él es tu amigo, tu hermano, pero sobre todo tu Padre…”“Él puede suplir todas las ausencias, llenar todos los vacíos y colmar todas las carencias”.Cuando nos acercamos a Dios con esa confianza filial, el consuelo llega al corazón como rocío mañanero, que le consuela y refresca, que le hace olvidar todo sufrimiento y le anima a levantarse, a seguir adelante en el camino de la vida, con la frente alta y el corazón rebosante.Quiero mencionar las palabras de Facundo Cabral cuando recordaba aquel momento en que alguien le llamó príncipe… ante su extrañeza aquel le dijo: si eres hijo de Dios, que es el Rey de reyes, tú eres un príncipe. Y desde aquel momento en que lo tomó enserio, este hombre rudo, pobre y desafortunado, dio un giro a su vida y se convirtió en lo que de él conocemos: un verdadero príncipe ante el Padre Dios.Y en resumidas cuentas, todos lo somos.Animo a quienes sufren ausencia y a los que viven en feliz compañía, también pueden disfrutar del infinito amor de Dios que a todos ama y recibe en su infinito y misericordioso corazón.M.B.S.