Viernes, 26 de Abril 2024

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¿Tanto furor por un perro?

Por: El Informador

¿Tanto furor por un perro?

¿Tanto furor por un perro?


A qué extremos nos ha conducido el desgaste provocado por la inseguridad que padecemos todos los días. Parece un chiste, pero es real: “Pirata”, el perro pitbull que presuntamente asesinó a un ladrón que intentó robar un hogar, se convirtió en un héroe en las redes sociales.

Lo inédito es que ni siquiera es aún concluyente la investigación de la Fiscalía acerca de qué ocurrió realmente. También existe la versión de que la víctima del can es un morador del domicilio o conocido de éste.

Detrás del endiosamiento a priori del animal convive la necesidad de creer que, al menos a través de un perro, hay una manifestación de justicia en esta ciudad. Pero también está el principal mal de nuestra época: la información parcial, los juicios exprés y la nula reflexión ética y social en torno a las implicaciones de un hecho como éste.

Ya nada más falta que algún diputado, aprovechando la coyuntura, saque una iniciativa para trasladar el momento a una ley oportunista y así salir en la foto.

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Fiel a su estilo bravucón, Emilio Lozoya, ex titular de Pemex durante el peñismo, ha salido a defenderse en los dos planos que acostumbra: el jurídico y el mediático. Y sus primeros movimientos han sido exitosos.

Consiguió, por medio de un amparo parcial -ese recurso legal que, como un vaso de agua, no se le niega a nadie, ni a un prófugo-, se frene por el momento cualquier orden de arresto en su contra que no incluya un delito con prisión oficiosa. Pese a ello, se emitió “ficha roja” para su captura.

El otro plano, en la defensa mediática de su actuación, le ha ido mejor. Ha mandado a su abogado Javier Coello a acaparar la mayoría de los espacios televisivos y radiofónicos nacionales con un mensaje: que se cite a declarar al Consejo de Administración de Pemex y al ex presidente Enrique Peña Nieto.

Si bien Lozoya perdió el manto de protección institucional del que gozó durante el sexenio anterior, todo indica que no ha perdido su habilidad de escurrirse de las manos de la justicia. Y parece advertir que, si cae él, no caerá solo. Ese es hasta ahora su mejor seguro de vida. 

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