Si el colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco no existiera, José Ascensión Murguía Santiago, estaría en libertad. Cobraría su quincena como alcalde de Teuchitlán sin problemas y continuaría subiendo fotos y videos con las principales celebridades del partido Movimiento Ciudadano en Jalisco.“Chon”, como le dicen sus cercanos, sería feliz y pleno. Habría pasado a la historia como el munícipe que dirigió a Teuchitlán con el PRI entre 2012 y 2015, con MC de 2021 a 2024 y quien fue reelecto para el periodo 2024-2027. Un tricampeón teuchitlense.Pero al destapar la cloaca del Rancho Izaguirre, y llevar al mundo los horrores que se cometieron en su interior, el grupo ciudadano -que no la autoridad- le cambió la historia.Hoy, la ola expansiva logró que la Fiscalía General y la Presidencia de la República lo pusieran en el ojo público. Y, al menos el fiscal Alejandro Gertz -cada vez más político que fiscal-, lo ha señalado públicamente como “autor material y directo” de lo que ocurría en lo que se ha calificado como un centro de entrenamiento del crimen organizado que, cinismo aparte, nomás requería de la certificación ISO 9000.No se necesita ser analista político para entender el contexto. La FGR operó bajo presión: los medios ya hablaban del caso, los colectivos estaban documentando y difundiendo y la sociedad exigía justicia. Solo entonces llegó el operativo. No antes. No por iniciativa propia. No por vigilancia institucional. Solo cuando el caso se volvió insostenible mediáticamente.Pero eso es sólo lo de arriba, lo que sale del agua. La reacción de la autoridad federal en torno al proceso que está encaminado a mantenerlo en prisión encierra un pequeño gran detalle que no dejaron pasar los que se atrevieron (o se vieron obligados) a hablar al respecto: ahí hay un altísimo tufo a política.Claro que en un municipio habitado por cerca de 10 mil habitantes (Inegi, Censo de Población y Vivienda 2020), el alcalde sabe todo lo que ocurre en él. Sobre todo si está en su tercera vez al mando. Pero el Gobierno del Estado tampoco puede no estar al tanto. Y el Estado en general involucra a la Entidad y a la Federación.Sin muchas ganas, pero obligado por la coyuntura, el gobernador Pablo Lemus tuvo que salirse un rato de las selfies, el Instagram y el aplauso para declarar sobre un personaje al que fue a visitar cuando lo operaron; a darle la sorpresa a quien, dijo, es amigo suyo: “Es muy importante que se haga una investigación sin tintes político-partidistas (…) Como Gobierno del Estado tenemos que estar al margen y ser respetuosos”.El Estado reacciona hasta donde puede. Hace lo que más o menos le alcanza. Se aprovecha de que ahí en Teuchitlán están la Presa de La Vega y el asentamiento prehispánico de Guachimontones para poner a trabajar a todo aquel secretario al que le toque (tranquilos, hay uno al que no le toca) y se ponga a detonar su potencial turístico.En el proceso de sanación, el Ejecutivo estatal quiere sacar ganancia y atraer dinero, porque después de un narcorrancho ya nadie va. Bien ahí. Pero poner abajo del tapete lo que no queremos que se vea es un paliativo, no una solución. Hay mucho que limpiar y no sólo porque el rostro de Jalisco debe quedar bellísimo de cara al Mundial de Futbol del próximo año, sino porque los ciudadanos lo merecemos.La prometida pacificación a Teocaltiche (otro municipio de Jalisco) ya va a la mitad en el plazo que se trazó el gobernador Pablo Lemus. Le quedan 124 municipios en su lista de buenos deseos, porque la justicia no se hace con reflector, sino con cálculo. Y ahora que está de moda cerrar filas por cualquiera que sea el motivo, bien valdría la pena que el Estado y la FGR actuaran al estilo Teuchitlán, pero en otros municipios que son gobernados por Morena, donde también hay fosas, denuncias, amenazas y desapariciones, pero no hay operativos ni alcaldes detenidos.El mensaje es preocupante: si nadie lo grita, no existe. Entonces gritemos y limpiemos Jalisco. Y entonces, sólo entonces, presumamos que tenemos un Estado Instagrameable y TikTokeable. Uno en donde sea la autoridad la que funcione porque debe hacerlo y no donde un colectivo es quien asuma el trabajo por el cual se les paga a los de MC y a los de Morena con cinco ceros a la derecha.Exijamos dejar de vivir en un país donde la justicia no llega cuando debe, sino cuando ya es escándalo.isaac.deloza@informador.com.mx