Toda una sorpresa encierra la narración derivada de la tira cómica imaginativa, que saltó al arte creativo de la pantalla grande con el mismo título de su origen; que dice poco del fin y menos aún del principio del ser humano: el descubrimiento del personaje, Wesley Gibson, profesional de contaduría, quien se entera ser hijo de un asesino profesional; hecho que lo impulsa a incorporarse a la sociedad secreta donde labora su progenitor, denominada La Fraternidad.República Checa y Chicago dieron abrigo a la producción que culminó con exitosa exhibición en Europa y Estados Unidos, donde obtuvo nominación para el Oscar de la Academia por su apreciable sonorización. Todo, con la dirección de Timur Bekmambetov y protagonización de James McAvoy, Morgan Freeman y Angelina Jolie a la cabeza del reparto.El personaje Wesley es un hombre común, falto de aprecio con eventual humillación en su labor y relativo desdén e infidelidad por parte de su pareja con su cercano amigo. La situación toma un sendero insostenible y es cuando la casualidad le pone en contacto con una dama llamada Fox y así se incorpora a la organización criminal donde el día anterior su padre fue privado de la vida.Wesley se entrena y estrena su capacidad para leer microscópicos mensajes en un tejido y así conseguir venganza y reconocimiento a su comportamiento existencial. Así es como concibe la idea de destruir aquella organización criminal, donde a su vez también pretenden asesinarlo. El mensaje es claro al definir rencor entrañable del individuo y convertir sus actos en propósitos revanchistas sobre quienes le han provocado daño existencial, al grado de dar justificación al cambio de enfoque a su capacidad individual que lo convierte de inofensivo en un malvado.Dios nos guarde de la discordia.sicpm@informador.com.mx