Viernes, 29 de Marzo 2024
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“Prefiero mi…arte”

Por: Jaime García Elías

“Prefiero mi…arte”

“Prefiero mi…arte”

En vista del éxito obtenido —es un decir…—, el Ayuntamiento de Guadalajara tuvo a bien disponer, a la soberana ley de sus pistolas, la inversión de ocho millones y pico de pesos en la adquisición e instalación de dos esculturas más, como parte de su “programa de Arte Público”. Una de ellas se instalará en el cruce de las avenidas México y Beethoven; se denomina “Biblioteca Vacía”; será de acero y concreto armado, y representará, según la nota de ayer en EL INFORMADOR, “una reflexión (del escultor) sobre el libro y el desuso de éste por los libros digitales”. La otra se instalará en el Parque San Jacinto, al oriente de la ciudad (para que no se diga que las autoridades no se preocupan por los habitantes de la Guadalajara “del otro lado de la Calzada”), y consistirá en “cuatro esculturas de bloques de concreto (…), en equilibrio contra la gravedad (y) estabilizados por una roca volcánica en estado bruto”.

Guadalajara tuvo a bien disponer, a la soberana ley de sus pistolas, la inversión de ocho millones y pico de pesos en la adquisición e instalación de dos esculturas más

-II-

Los antecedentes inmediatos de estas expresiones de “Arte Público” ya dieron pie a sendas polémicas. La maceta descomunal, en forma de cráneo, con un árbol en su interior, se topó con el rechazo del Instituto Nacional de Antropología e Historia para que se instalara, como se pretendía, en el Jardín de San Francisco, por considerarse que constituiría, por decir lo menos, una discrepancia estilística en un espacio que conserva, a pesar de todos los pesares, cierta dignidad; “La Pluma”, en homenaje —supuestamente— a los periodistas y escritores caídos en México en el ejercicio de la libertad de expresión, fue criticada porque, más allá de la intención del autor, exhibe, como pretendida obra de arte, una pobreza y una falta de imaginación desoladoras; “Sincretismo”, quizá la más lograda de las tres en el aspecto estético, generó una agria controversia, rayana en la violencia (el vandalismo de que la pieza ha sido objeto y la detención de un manifestante por agredir a un policía), porque lo que quiso ser una expresión artística, se interpretó, a partir de una visión tortuosa y un criterio malsano, como una blasfemia.

-III-

Ante la duda de si es válido invertir fondos públicos en cosas superfluas y de discutible valor estético, y ante la discordia que generaron las anteriores experiencias, la decisión recién anunciada parece reiterar el mensaje de “el supremo Gobierno, que no se equivoca nunca” (Pito Pérez dixit) a sus críticos: “De mi arte a tu arte, yo prefiero mi…arte”.

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