Sábado, 15 de Junio 2024

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Por qué la industria automotriz no tendrá una rápida recuperación

Por: Mario Castillo

Por qué la industria automotriz no tendrá una rápida recuperación

Por qué la industria automotriz no tendrá una rápida recuperación

Platicaba con un buen amigo esta semana y nos planteamos la pregunta: ¿La industria automotriz tendrá una rápida recuperación? Seamos claros: en una agencia cerca del 75% de los vehículos que se venden son a través de instrumentos de crédito, ya sea financiamiento o arrendamiento, o bien en algunos casos pagados con créditos de nómina y préstamos personales.

Si bien la semana pasada les compartí los números a la baja en cuanto a ventas en marzo, a principios de este mes de abril el pronóstico empeora, pues la Asociación Mexicana de Distribuidores Automotores (AMDA) dijo que prevé una caída del 90% del mercado y para mayo del 92%. Esto quiere decir que una agencia que vendía 100 autos al mes, estará vendiendo 10 unidades en abril y 8 en mayo. Pero la situación no será muy diferente en junio y los meses que le siguen.

Luego, viene la subida de precios. Debido al tipo de cambio del peso frente al dólar, se dispararán los precios entre un 6% y un 8%, pero en este momento las marcas están aguantando los incrementos por dos razones: la primera es porque no ayuda a la mercadotecnia el subir los precios y la segunda es que tienen inventarios en los patios de los distribuidores y de las armadoras para soportar un poco más.

Piense usted que una agencia que vende 100 unidades mensuales debe tener por lo menos 2 o 3 meses de venta en inventario, es decir 200 o 300 autos en dicho inventario.

Si esa agencia que vendía 100 unidades ahora vende 10 autos mensuales, pues tiene más o menos un inventario suficiente para los siguientes 20 meses. Claro que esto es una exageración, pues las ventas no serán de 10 unidades para siempre.

Las primeras marcas en subir precios serán las japonesas, pues debido a sus sistemas “Just-In-Time” y no contar con patios en las armadoras, prácticamente lo que surtan a sus distribuidores a partir del próximo mes, llegará ya con aumentos de precio, que seguramente serán paulatinos.

Por otra parte, los instrumentos de crédito toman como base tres cosas muy importantes: cómo pagas, cuánto ganas y cuánto gastas. Cómo pagas: es tu comportamiento en el buró de crédito, si eres puntual o siempre te atrasas. Esto ayuda a medir el riesgo. Cuánto ganas: es importante que por lo menos una persona gane tres veces más que el monto que desea pagar; una persona que desea pagar una mensualidad de por ejemplo siete mil pesos, deberá comprobar que gana por lo menos 21 mil pesos para hacer frente a esta obligación. Y cuánto gastas: dentro del buró de crédito se puede ver si estás pagando tu casa, si tienes créditos con una tienda departamental, si pagas otro auto, etcétera. Esto último le hace saber a las financieras cuánto de tu ingreso ya tienes comprometido en pagar otras obligaciones.

Supongamos que un cliente tramitó un crédito en el mes de marzo de este año y para obtenerlo presentó sus comprobantes de ingresos de los últimos tres meses, él presentó sus nóminas timbradas por el Servicio de Administración Tributaria (SAT) o bien presentó sus últimos tres estados de cuenta bancarios (diciembre, enero y febrero). Hasta aquí, todo bien.

Ahora, digamos que alguien retoma sus actividades en el mes de julio o agosto y solicita un crédito. Él deberá presentar sus comprobantes de ingresos de abril, mayo y junio para demostrar su solvencia económica… Y ahí viene el problema, pues muchas personas empleadas (asalariadas) presentarán baja en sus ingresos por varias razones, entre ellas, porque los descansaron, porque comisionaron menos, o bien porque la empresa les pidió un apoyo de un determinado porcentaje de su sueldo para ayudar a la sobrevivencia de dicha compañía.

Entonces los comprobantes de ingresos serán muy flacos para acceder a un crédito y esto hará que las personas busquen vehículos económicos, que bajen de versión, que tomen un plazo más largo (lo cual no es lo más recomendable) o bien que busquen un vehículo usado ya sea de contado o a crédito.

En el mejor de los escenarios hoy nos encontramos a 12 meses de que se pueda normalizar el mercado. Pero sabemos que esta crisis habrá cambiado no solo los hábitos de consumo de las personas, sino un replanteamiento total de los hábitos de vida. Nadie tiene una bola de cristal para predecir el futuro. Será muy interesante ver qué segmentos mueren y qué otros se fortalecen.

Seguramente el mercado de los autos usados se fortalecerá y los precios bajarán debido al exceso de oferta; luego, cuando los nuevos suban de precio, se estabilizará el precio de los usados, porque los nuevos estarán muy lejos ya.

Por ejemplo, veremos minivanes de 800 mil pesos, SUVs de tres filas por los 900 mil pesos y los autos más económicos prácticamente todos estarán ya en la barrera de los 200 mil pesos.

Sirva este texto de reflexión, de previsión y de los posibles cambios que la industria automotriz en México va a experimentar seguramente en el corto plazo, donde la palabra clave será: adaptación.

mario.castillo@informador.com.mx / @MarioCastilloMX

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