Para Saúl el “Canelo” Álvarez esta pelea significó un “sacrificio económico”. El tapatío rechazó ofertas para pelear en Medio Oriente, Reino Unido, Las Vegas y Nueva York. ¿Por qué eligió Guadalajara? Según Forbes, “El Canelo” ganará 14.3 millones de dólares por pelear en Jalisco (diez millones asegurados y 4.3 más en patrocinios). Muy lejos de los 65 millones de dólares de su última pelea con el kasajo Gennady Golovkin. ¿El “Canelo” comprenderá la dimensión política de su decisión? ¿Le importará? ¿Entenderá las implicaciones de promocionar los “200 años de Jalisco libre y soberano” bajo el aura de una figura que busca rentabilidad electoral? ¿Le habrán dicho que la efeméride que promociona será usada como eslogan electoral? ¿El pugilista decidió respaldar las aspiraciones del gobernador? ¿Le importa? ¿O es simple buena voluntad? ¿Amistad? El discurso del “Canelo” suena auténtico: quiere que su gente lo vea pelear en su tierra (el gobernador también quiere que los jaliscienses lo vean pelear, pero por la grande). ¿El gobernador se aprovecha del “Canelo”? ¿O politizamos de más? Hay una certeza. Alfaro tiene una amistad de varios años con el “Canelo” que ha quedado patente en redes sociales. Suelen festejar cumpleaños y triunfos de combates con cenas y reuniones en casa del boxeador acompañados de sus esposas. En 2021 hasta Samuel García y Mariana Rodríguez se colaron a una velada en donde convivieron las tres parejas. Hay otra certeza. El anuncio en el Estadio Akron se convirtió, por donde lo vean, en una pasarela de la clase política para retratarse con “el campeón” (un irreconocible y sonriente gobernador posó en seis ocasiones para la foto junto al pugilista). En la propaganda oficial, este combate apela a la exaltación sentimental de un Jalisco heroico que esconde bajo una alfombra de luces, los verdaderos desafíos -crimen, violencia, corrupción, precariedad laboral, crisis ambiental- que ponen en duda justo “la soberanía y libertad” que paradójicamente celebra. ¿Somos libres y soberanos cuando la criminalidad adopta expresiones cada vez más violentas que nos arrebatan la vida, el territorio y la tranquilidad? Por la naturaleza del espectáculo, su contenido es altamente ideológico: la representación de un Estado que defiende su grandeza a través de los puños enguantados de un hijo sacrificado y heroico que regresa a casa (lo más parecido al circo romano). El Gobierno de Jalisco, ha dicho Alfaro, no pagará un peso por el espectáculo privado. ¿Significa que el “Canelo” y los promotores de la pelea difunden de “buena voluntad” la efeméride estatal? Supongo… El gobernador habló de que la pelea tendrá un “componente social”. ¿Qué aspectos tangibles de una política social implica gastar 10 millones de pesos para regalar 8 mil boletos a personas de escasos recursos? A menos que por “social” se entienda exclusivamente usar “el dinero de las personas”. Yo sólo pregunto y dudo. Que al cabo es mi oficio. La pelea del “Canelo” en Jalisco, ¿será más un evento deportivo o político? jonathan.lomelí@informador.com.mx
