Lunes, 06 de Mayo 2024

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Polvos de La Mancha XIV

Por: Carlos Enrigue

Polvos de La Mancha XIV

Polvos de La Mancha XIV

Después dan al Quijote por muerto, corren los presentes a otros sitios, revive el caballero pensando como siempre que sentía que las cosas no iban como él creía, que está en un castillo encantado y los encantadores lo atacaban. Pero los buenos sueños y lo que creía que había acontecido lo hacían querer contar a Sancho de su aventura amorosa. Don Quijote es siempre un emisario del amor, que siempre pretende guardar en convivencia.  A Sancho no le gusta, por su parte, guardar secretos. Atribuye su señor a un gigante el golpe recibido que aún le duele y qué decir que el cuerpo, más que mallugado, incluso aclara que le duele más que después de la golpiza de los gallegos, dolor que comparte el escudero.

Entró un cuadrillero de la Santa Hermandad con una lámpara, cuestionando cómo estaba el caballero -que habían dado por muerto-, este lo agrede y provoca que el cuadrillero juzgue que el caballero está loco y hace que le den con la lámpara en la cabeza, descalabrándole y volviendo a la oscuridad.

Manda a Sancho a conseguir los elementos necesarios para elaborar el bálsamo de Fierabrás, que según él cura de todos los males y era sencillísima ya que había un viejo refrán que decía “En teniendo aceite, sal, vino y romero, media botica tenemos”. Desde luego, se burlaron de la solicitud y don Quijote quedó preparando el brebaje con un par de chichones en la cabeza, agregado al nuevo dolor causado por el candilazo a media maceta y líquidos varios aglutinados en sudor.

El ventero, casi por no discutir, le proporcionó los materiales y don Quijote se lanzó a elaborarlo a base de 80 paternostres  y aves marías, salves, credos  y con gran parafernalia de bendiciones hechas con un crucifijo. Decidió beber el brebaje, que suponía milagroso y el efecto fue que se soltó tal vomitinga, que prácticamente le vació el estómago; con las ansias del vómito le dio un copioso sudor, pidió lo arropasen y durmió más de tres horas y cuando despertó se sintió bien, se tuvo por sano y creyó había descubierto la cura universal y ya no habría peligro que no pudiera afrontar.

No le fue tan bien al escudero, quien al probar el brebaje no sólo devolvió el estómago sino sintió que se le había llegado su última hora y dice Cervantes que comenzó a desaguarse por entrambos canales y no mejoró. Pero don Quijote se sintió listo para nuevas aventuras…

Como ven ustedes, la narración es divertida y puede llevarnos a ratos de gran gozo y los invito a hacer incursiones al libro y gozarlo. Tener como don Quijote la búsqueda del sentido de Justicia, de Sancho su sabiduría para gobernar y para vivir la sabiduría, y de nuestra señora Dulcinea (y con ella todas las mujeres) su capacidad y el goce de que pueden ser amadas, refinadas, purificadas y divinizadas por el amor que sublima el objeto amado pero a la vez resulta inalcanzable y si se fijan ustedes cuando don Quijote “vuelve a la razón” no renuncia jamás al amor por una campesina, cuyo amor la transformó en su señora Dulcinea del Toboso.

@enrigue_zuloaga

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