Entre las calles peatonales que ya mermaron los espacios de circulación vehicular, las que se encuentran destrozadas por el exceso de la carga pesada que se acumulo y la restauración de las que de plano ya son intransitables, es toda una proeza poder llegar a los negocios y oficinas ubicadas en el primer cuadro de la ciudad, lo que sin duda alguna ocasiona serios trastornos económicos a comerciantes y burócratas, además del aumento de contaminación.Y en realidad no es que uno quiera ponerse sus moños o que sea desagradecido con el esfuerzo que se realiza, pero de la manera más atenta me permito solicitarles -me autonombro vocero oficial de las miles de personas que a diario debemos de acudir al Centro de la ciudad de Guadalajara- a todas las autoridades involucradas y con responsabilidad en las obras que se están realizando en las calles del primer cuadro, que por favor se sienten a planear y coordinar todas en su conjunto y cada una en lo particular, a fin de que resulte menos penoso el acceso, pues aunque las obras de la Línea 3 cuentan con un buen avance, las tareas aledañas tienen prácticamente cercado el acceso, y es mucho el tiempo que se desperdicia por esta razón. Algunas de las calles que están intransitables en uno de sus tramos o de plano convertidas en peatonales son: la Avenida Alcalde, Santa Mónica, Hidalgo, la calle Joaquín Angulo, Reforma, Alexander Von Humboldt, Hospital, Manuel Acuña, Juan Álvarez, Francisco Zarco, Independencia, Calpulalpan, Revolución, Corona, Colón, entre otras, lo que convierte en un galimatías la posibilidad de transitar, porque “para cerrar con broche de oro” los bloqueos se hacen de la noche a la mañana, sin agentes de tránsito, ni avisos suficientes como para tomar rutas alternas (en caso de que las hubiera), ya que, como se puede leer, desde los cuatro puntos cardinales por los que se pudiera llegar, se encuentran intransitables.Bastarían unas cuantas horas de planeación para lograr una coordinación que en mucho agradeceríamos los ciudadanos, y los ahorros del erario -de nuestros impuestos- serían verdaderamente considerables, además de que nuestra salud también se vería beneficiada.APUNTEY no, aunque sean muchas las obras en curso por los distintos rumbos de la zona metropolitana, y los beneficios que recibiría la ciudadanía, no propondré que tengamos elecciones cada año (nos volveríamos locos con los 14 millones de spots y las incontables promesas de campaña que suelen hacer durante las mismas).Aunque… pensándolo bien, con la persecución de corruptos, los políticos encarcelados, y todas las buenas cosas que se presentan -porque sí las hay-, pues se logran despertar algunas conciencias y se motiva a activistas de las más diversas causas, con lo que algo ganaríamos.¿Les aplaudimos o les exigimos que hagan mejor su trabajo?
