De acuerdo con el fiscal General de la República, Alejandro Gertz Manero, el traslado de los 29 “terroristas” -según la nueva definición de nuestros vecinos del Norte- a Estados Unidos se hizo de acuerdo a la ley, amparados jurídicamente en los artículos 5 de la Ley de Seguridad Nacional y 89 de la Constitución Mexicana, por lo que no era necesario seguir un proceso de extradición. Aclarado y entendido. Sin embargo, hubo algunos aspectos que dejaron la impresión que se quisieron “distorsionar” durante la conferencia de prensa del Gabinete de Seguridad en donde se dieron los detalles del proceso del envío de prisioneros. Pero vamos por partes.Omar Garcia Harfuch, secretario de Seguridad y Proteccion Ciudadana, detalló que en las acciones de traslado participaron tres mil 512 elementos de diferentes corporaciones, 342 vehículos y 20 aeronaves de la Secretaría de la Defensa Nacional, Secretaría de Marina, Guardia Nacional, Secretaría de Seguridad, Centro Nacional de Inteligencia y de la Fiscalía. Y fue muy explícito al señalar, al igual que el Fiscal Gertz Manero, que la Presidenta Claudia Sheinbaum no fue parte de la decisión para enviar a Estados Unidos a los narcotraficantes en cuestión.El secretario de Seguridad dijo que “esta es una decisión del Gabinete de Seguridad”, que se tomó “de forma colegiada”, en la cual nada tuvo que ver la Mandataria. Por su parte, el fiscal Gertz Manero señaló que todo fue muy rápido. “Fue intempestiva. Hubo una solicitud completa, por escrito. Yo creo que debieron haber pasado horas entre que llegó y se turnó al Consejo Nacional de Seguridad Nacional, que está formado por varios funcionarios” y que ahí se tomó la decisión sin tener que ir “más arriba” . Así es, por funcionarios que son cabezas de las secretarías de Seguridad, Defensa, Marina, Gobernación y la Fiscalía. Sin embargo, todos ellos dependen -tienen una “jefa”- de la Presidenta de la República, que necesariamente debieron haber “consultado” -pedir permiso- para tomar una decisión que es histórica, sin precedentes y en momentos cruciales en la relación con los Estados Unidos.Además, no creo que fue tan “intempestiva” la solicitud escrita del gobierno estadounidense -como lo dijo el fiscal-, ya que por lo menos desde el martes nuestro colega Carlos Loret de Mola estaba enterado de la petición, según lo publicó en estas páginas de Ideas de EL INFORMADOR. “Se lo adelanté el miércoles en esta columna: ‘Me dicen fuentes muy bien informadas que el Gobierno de Estados Unidos, a través de la embajada americana, mandó una lista a la administración de la Presidenta Sheinbaum con 30 nombres. 30 objetivos prioritarios. 30 extraditables. Presuntos narcos que ya fueron detenidos, que están en cárceles mexicanas y que el vecino los quiere enjuiciar en sus tribunales. Ya empezaron a procesar la lista. Son 30 fichas para la negociación con Trump sobre aranceles”.Así que el envío de “terroristas” a su nuevo hogar fue una decisión prolongada -para coordinar a un ejército de tres mil 512 elementos de diferentes corporaciones y su logística de acción y transporte- discutida, meditada, analizada y recapacitada por el Gabinete de Seguridad y la Presidenta Claudia Sheinbaum. Obvio que ella fue parte de la decisión. Usted, ¿qué opina?