Lunes, 06 de Mayo 2024

LO ÚLTIMO DE Ideas

Ideas |

No al mundo en blanco y negro

Por: Diego Petersen

No al mundo en blanco y negro

No al mundo en blanco y negro

Ya he narrado en otra ocasión que alguna vez a mi madre se le ocurrió la pésima idea de poner sobre la mesa una disyuntiva: ¿El perro o yo? La respuesta fue otra pregunta, inesperada para ella: ¿Y a dónde te irías, mamá? Algo similar le puede pasar al presidente si sigue en su lógica dicotómica. Plantear que en México sólo haya dos vías, con él o contra él, no sólo es falso sino riesgoso, pues puede llevarse una sorpresa: en la encuesta de Consulta Mitofsky la mitad está a favor y la mitad en contra del ejercicio de gobierno del presidente López Obrador. 

Más allá de que en sí misma es una falsedad, a los políticos les encanta la fórmula conmigo o contra mí porque los pone a ellos en el centro del universo, su universo. Esta fórmula es un reflejo egocéntrico, común en muchísimos políticos. Cuando el gobernador Enrique Alfaro plantea que las protestas contra su gobierno lo que buscan es dañar a Jalisco confunde al Estado con su persona. Cuando López Obrador ataca, dice que ejerce su libertad de expresión; cuando lo atacan, se envuelve en la banda presidencial, y dice que atacan a la investidura.

Un mundo en blanco y negro como el que quieren nuestros gobernantes es un mundo privado de inteligencia

Un mundo en blanco y negro como el que quieren nuestros gobernantes es un mundo privado de inteligencia. Como en la fotografía, son los grises, los matices, las diferencias de tono lo que da profundidad, intensidad y definición a las ideas. Ver el mundo en alto contraste es perdernos en las sombras. Para el político, todo lo que suba un poco de tono será negro y por lo tanto obstáculo para la luz blanca que emite su ser iluminado. 

Lo que el país necesita son grises, muchos y muy variados grises, tonos y matices, desacuerdos en lo mínimo y en lo importante. Puedo estar de acuerdo con López Obrador y en desacuerdo con la oposición en un tema y viceversa, o en desacuerdo con los dos, como sucede con frecuencia. En el mundo dicotómico y polarizante al que apela el presidente sólo ganan los extremos, y no necesariamente el que él desea. Es falso que en los extremos ganen las convicciones; lo que articula a los extremistas, de un lado y de otro, son los miedos. Así como la derecha, en su peor pesadilla, teme que la radicalización del gobierno de Morena nos acerque a la Venezuela de Chávez y Maduro, en el otro extremo del péndulo nos espera el Bolsonaro de turno. 

Hay, pues que tener cuidado con lo que se pregunta, no vaya a ser que respondan: ¿Y a dónde te irías?

(diego.petersen@informador.com.mx)

Temas

Lee También

Recibe las últimas noticias en tu e-mail

Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día

Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones