Jueves, 25 de Abril 2024

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Meditaciones

Por: Sergio Aguirre

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Desde conocido el texto, no dejo de recomendarlo, en especial a las personas en el poder o ya alejados del poder pero rendidos casi irremediablemente ante la Hybris, La -así en mayúsculas- Enfermedad del Poder, por lo visto hasta contagiada a casi cualquier imbécil, pero armado de una computadora y acceso a cualquier red digital. Se trata de las “Meditaciones” de Marco Aurelio el sabio y el filósofo. Emperador romano de 161 hasta el 180 A.C.

Viendo tanto exceso y tantas conductas deleznables de nuestra clase política actual, así como el desenfreno en las redes sociales tan ajenas a lo por él dicho, dejo aquí a manera de reflexión algunas pocas citas de dicho imprescindible escrito.

“... la represión de las aclamaciones y de todo género de lisonja hacia su persona; la vigilancia constante sobre los grandes intereses del Estado; la administración con cuenta y razón de los impuestos públicos, y la tolerancia con las murmuraciones que en este particular le zaherían; ningún temor supersticioso en el culto a los dioses; respeto a los hombres, ninguna bajeza para granjearse la popularidad, mostrándose demasiado obsequioso o demasiado amigo del populacho, antes bien, sobriedad en todo, conducta constante, experiencia del vivir decoroso sin deseo de novedades; el uso de los bienes que contribuyen al regalo de la vida -y de ellos colmado por la Fortuna-...”

“Apenas despierta, hazte en tu interior esta cuenta: hoy tropezaré con algún entremetido, con algún ingrato, con algún insolente, con un doloso, un envidioso, un egoísta (...) no puedo recibir afrenta de ninguno de ellos, porque ninguno podría mancharme con su infamia (...). Obrar, pues, como adversarios los unos de los otros es ir contra la naturaleza: y es tratar a alguien de adversario el hecho de indignarse o apartarse de él”.

“Se deshonra el alma del hombre particularmente cuando, por lo que a sí toca, viene a hacerse como un divieso o una excrecencia en el cuerpo del mundo; porque irritarse con alguno de los acontecimientos que sobrevienen es como un absceso de la naturaleza universal, de la cual participan las naturalezas de todos los otros seres. El alma se deshonra asimismo cuando se muestra adversa a alguno de los otros hombres, o se comporta como él con la intención de hacerle mal, como acontece con las almas poseídas de ira. Lo tercero, se deshonra cuando se da por vencida por el dolor y el placer. Lo cuarto, cuando disimula, finge y altera la verdad por obra o de palabra. Lo quinto, cuando lanza su actividad o sus apetitos sin blanco fijo, y lo ejecuta todo al azar, sin continuidad, siendo así que aún las más pequeñas acciones deberían tender a un fin propuesto: y el fin de los seres humanos es obedecer la razón y a la ley de la naturaleza, la más augusta de las ciudades y gobiernos”.

“Nunca juzgues útil para ti mismo lo que tal vez te obligue a algún día a quebrantar la palabra dada, a renunciar al pudor, a odiar, recelar, imprecar, disimular, desear lo que solo puede hacerse a puertas cerradas y tras las cortinas”.

Dichoso año nuevo, querido lector.

sergio@aguirre-consultores.com.mx 

Twitter: @seraguirre

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